A la mañana siguiente me levanto temprano, ya por la costumbre me levanto sin necesidad de esperar el sonido de mi alarmas.
Me baño y arreglo con unos jeans claros y una camisa azul clara de botones, me peino y luego salgo de mi habitación rumbo a la cocina.— Buen día Juana, ¿Cómo amaneciste? — preguntó mientras me siento en uno de los bancos de madera que están frente al gran mesón.
— Buen día Jade, muy bien, ¿tienes hambre? — me pregunta con una dulce sonrisa mientras pica en rebanadas varias frutas.
— Un poco, ¿pero te puedo ayudar en algo?
— No niña, como crees, este es mi trabajo — me dice con mucha sorpresa por mi pregunta.
Yo me quedo callada, no quiero hacer algo indebido, pero no sirvo para estar sentada mientras los demás hacen todo.
Donde me he metido y ahora que voy a hacer.
— Ten Jade espero te guste — Juana pone frente a mi un plato con avena y otro plato con frutas picadas, luego va a la nevera y saca una jarra, vierte el líquido en un vaso y me lo entrega.
Desayuno platicando con Juana, solo he hablado con ellas unas cuantas veces y me cae muy bien.Ella me informa que Eros salió muy temprano a trabajar y que siempre regresa a altas horas de la noche, en eso suena el timbre y Juana se va a ver quién es.
— Buen día Jade, lista para el día ajetreado que tendremos — Dice Leonel entrando en la cocina, vestido elegantemente.
— Si, eso creo.
Subo a mi habitación y me cepillo los dientes, luego me maquilló levemente, tomo mi bolso y teléfono y voy nuevamente a la cocina donde me espera Leonel mientras plática con Juana.
Fuimos a tres bancos, dónde tuve que firmar un montón de papeles y luego a un bufete de abogados donde me tocó firmar más, tanto de propiedades en otros estados, cómo las de las acciones de una cadena hotelera llamada Smith.
Cuando son las 12:30 el teléfono de Leonel suena y él se aleja un poco para tomar la llamada. Al cabo de unos minutos Leonel se acerca y me dice que ya estamos listos por hoy ya que Rosa nos espera para almorzar.
Salimos del buffet y nos montamos en el auto de Leonel, el conduce por unos quince minutos hasta llegar a un restaurante muy bonito y elegante.
Al entrar nos recibe una chica de unos treinta años, Leonel le dice su nombre y la chica nos guía entre las mesas hasta una dónde está sentada Rosa.Almorzamos entre una amena plática y luego de una hora nos despedimos de Leonel, caminamos un par de cuadras hasta llegar a un centro comercial llamado: la perla.
Ingresamos al lugar y Rosa tomó mi mano muy contenta llevándome a rastras hasta que se para frente la vitrina de una tienda de ropa.— Tienes que probarte este vestido — me dice mientras señala un vestido rosa, con un escote en v, sin mangas pegado de la parte de arriba pero suelto de la parte de abajo, llega hasta unos dedos más arriba de las rodillas, es hermoso.
Ingresamos a la tienda y me lo pruebo, Rosa me ve y se emociona.
— La verdad es que yo no utilizo muchos vestidos ni faldas, siempre me visto con ropa cómoda, que me sirva tanto para ir a trabajar como para ir a la escuela o de compras — digo mientras doy una vuelta y la falda danza con mi giro.
— Nunca pensé que diría esto pero me encanta — Rosa me ve y sonríe.— Jade, llévalo ya no tienes que estar corriendo entre el trabajo, la escuela de tu hijo y quién sabe qué más.
Este vestido sirve para salir una tarde a pasear, ver una película o una cita.
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Un amor inesperado
RomanceJade Díaz una mujer que tuvo mala suerte en el amor, ella decidió dedicarse a su hijo y al trabajo, pero un día todo cambia inesperadamente, cuando decide ayudar a una señora que se desmaya en su lugar de trabajo, la señora sufre una enfermedad term...