CAPÍTULO 11

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ᴀᴜᴅᴀᴄɪᴛʏ

𝓓𝓻𝓪𝓬𝓸 𝓜𝓪𝓵𝓯𝓸𝔂

Recién ingresaba a la oficina de Sayre, tratando de observar detalladamente cada esquina.

Era más amplia que la suya, sin duda, tendría que reclamar el espacio. Su mesa de trabajo se encontraba en medio de todo el lugar, cortinas rojo carmesí adornaban el enorme ventanal que daba vista directa al bosque.

Draco decidió girarse a cerrar rápidamente aquellas puertas, no creía que los soldados necesitarán escuchar todo lo que saldría de sus bocas.

- Podría ser tan amable de expresar su disgusto, General. - Venus se le había adelantado a ceder la primer palabra.

Y Draco se estaba retorciendo internamente, porque él había tomado la iniciativa de venir hasta ella. Habían pasado siete años desde la última vez que la vio, siete años de su traición.

Sintiendo su ausencia a cada segundo de su palpitar, quemando su garganta al solo pensar de su nombre.

Debería de estar guardando distancia, él debería no querer respirar su mismo aire y sin embargo, estaba frente a ella con la estúpida excusa de pelear su siguiente movimiento.

- ¿Qué pretende con reasignar títulos?, apenas le pareció prudente aparecer y usted cree que puede llegar exigiendo. - Draco se limitó a dialogar desde su posición, se encontraban a una gran cantidad de distancia.

- Bueno, General, por una razón se me colocó en esta instalación. ¿No lo había pensado usted?

- ¿Se cree que puede mover a mis hombres de puesto sin consultarlo con ellos?.

- También son mis hombres.

No podía creer la osadía de esta mujer. Siempre tomando lo que no le pertenecía, alguna vez, tomo de la misma manera su existencia.

- Si quiera es de su conocimiento, ¿Por qué Nott se encuentra en el ministerio y no en campo?.

- Ilumineme.

- No puedo negar que la dirección que está queriendo tomar promete demasiado, pero es solo eso, una promesa. - comenzó a jugar con sus pasos, avanzó recorriendo cada estante de libros, pasando un dedo por encima de su superficie. - Es conocimiento de todos, que el Jefe Nott se niega relacionarse directamente con los mortifagos.

- En este momento, no estamos para complacer peticiones. Las órdenes se dan desde arriba y así mismo, deben acatarse. - Venus continuaba cruzada de brazos detrás de su escritorio, queriendo formar una barrera entre ambos. - Si mi palabra es que el señor Nott sea mi Coronel, a partir de hoy así será.

- ¿Quiere encontrar a la Orden, General?. - el tono de voz comenzó a sonar sugestivo, la estaba desafiando. - Salga usted misma y traigalos, no mande a mi gente a morir. Después de todo, en menos de seis horas dio con Potter.

- ¿Ese es su problema?, que usted lleva siete años y la única baja que obtuvo fue a Hermione Granger... y nunca más, pudo tener otra.

Nunca espero que tal mención le provocará un ligero dolor en el pecho, haber presenciado como Hermione Granger abandonaba su cuerpo físico, dejándolo con una enorme impotencia, inevitablemente le provocaba querer llorar.

- Mi problema es que espera que confíe en una traidora de su calibre, ¿como pide ser tomada en serio?, teniendo todos sus antecedentes. - definitivamente esto se está poniendo personal.

- ¿Alguna vez ha checado su expediente?.

- ¿Usted ya checo el suyo?.

Lo que parecía ser una eterna discusión de ofensa y contraataque, pareció terminar. Venus había decidido guardar silencio, limitándose a observar la puerta de salida.

Habían estado ocupados midiendo el tamaño de sus egos, que no se percataron de la presencia de Pansy Parkinson.

- Mmmh.

Pansy se limitó a hacer un ligero sonido con su voz, incitando a que ambos Generales dirigieran su atención a ella.

- Parkinson, no es momento. - aún continuaba con el corazón bastante acelerado, pero necesitaba terminar esta discusión con Sayre.

- Me parece que sí. Necesito realizar un certificado oficial del estado de salud de la General Sayre.

Venus se limitó a observar en silencio, asintiendo con la cabeza. Genuinamente, esperaba que otro sanador fuese el que realizará el certificado, pero solicitar a alguien más, solo provocaría que hubiese más preguntas.

Mientras tanto, Draco no comprendía porque tenían que revisarla, es decir, ya lo habían hecho cuando fue liberada. ¿Se encontraba en muy mala condición y no lo aparentaba?.

Además, ¿Por qué esa información no llegó a sus oídos?, Parkinson le estaba ocultando cosas.

No sabía diferenciar entre la necesidad de saber de ella o si solamente era por cuestiones laborales. Aún continuaban investigando sobre la repentina liberación de Sayre.

Su estado de salud es una pieza importante, ¿no?.

Venus avanzó para sostener la puerta de su oficina, indicando que todos deberían salir antes que ella.

- General Malfoy, es todo por hoy. - un rostro serio es lo que ahora tenía, minutos atrás parecía haber cobrado vida, se le había iluminado por fracciones de segundo, como si la discusión con Draco encendiera una chispa. - Revise los pergaminos cuidadosamente. Recuerde que sólo son una notificación de lo que se hará, no estoy solicitando su permiso.

— La necesito en mi oficina a penas disponga de su tiempo, Parkinson. Permiso.

Decidió que era momento de abandonar las instalaciones de Sussex, había tenido suficiente por ese día. Ahora no importaba si se ausentaba, Sayre se encontraba ahí, deberán dirigirse hacia ella.

Apareció mediante la red flu, dirigiéndose a su estudio. Había un montón de ideas vagando en su cabeza, una más improbable que la otra.

Siempre que sentía estar cerca de la respuesta, algo lo bloqueaba. Las paredes de su cerebro comenzaban a contraerse, provocando la sensación de que, en realidad, no tenía idea de nada.

Era como observar un rompecabezas completo, excepto por las cinco piezas ausentes en su centro. Como si faltará información en su cerebro, información que ya había estado ahí.

Definitivamente, necesitaba hablar con Parkinson. El certificado de su salud debió estar completo el mismo día que fue examinada, a menos que, el sanador encontrará algo fuera de lo normal.

De ser así, no lo aparentaba. El entendía que siete años conteniendo su magia en unas esposas, no era sano. En esa posición, cualquiera era capaz de rozar la locura.

El pensamiento fugaz de que Parkinson recién había sido informada, lo invadió por completo. Si ella sería la sanadora que la atenderá, era un paso enorme a conseguir más información.

Necesitaba dar ese paso, sentirse sordo y ciego, no estaba ayudando en nada. No estaban avanzando, sin embargo, había algo que no dejaba de golpear su cabeza desde que se percató en su oficina.

Venus Sayre traía consigo el relicario que sello su compromiso a los diesiciete años.

©

El siguiente capítulo será directamente desde la perspectiva de Sayre, necesito que lean porque la tienen que examinar.

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Ily

𝙏𝙧𝙖𝙞𝙩𝙤𝙧 | Draco Malfoy (EN PROCESO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora