Capítulo X: Friends - Ed Sheeran.

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Mis amigos no me tratan como tú lo haces.
Supongo que hay un límite para todo,
pero mis amigos no me quieren así.

−      Vaya fiestón, para acabar el verano como debe ser. −dijo Jesús tirándose en su cama. −El fiestón de los fiestones, eh. −repitió.

−      Que sí. −le dijo Ana. −Porque estábamos en tu pub. −rodó los ojos y dejó el móvil en el escritorio mientras se maquillaba.

Nunca solíamos llamarnos por videollamada, pero ese había sido el verano de unirnos tanto hasta ese punto, daba igual lo que estábamos haciendo, pero cuando sonaba el móvil todos lo cogíamos. Bueno, o casi todos.

Yo muchas veces esperaba a que colgaran para preguntar si era muy importante, me inventaba alguna excusa para no unirme o cosas así, pero desde que Pablo y yo estábamos en un lío raro lo solía coger la mayor de las veces. Era como una excusa para quedarnos los últimos y eso hacía que la llamada terminase en plena madrugada sin preocuparnos por nada.

−      ¿Qué está haciendo Rubén? −preguntó Ana al ver que no cogía el móvil. −Me pone muy nerviosa el pitidito. −refunfuñó y se alejó del espejo para mirarse. − ¿Veis bien el eyeliner? −nos preguntó mirándonos ahora a nosotros.

−      Sí, muy guapa. −le dijo Jesús, sin siquiera mirarla. −Rubén estará en la ducha y no lo habrá querido coger.

Ana siguió maquillándose y contándonos que iba a salir a cenar con sus padres esa noche porque estaban celebrando su aniversario. Una excusa más para salir, lo llamaba ella, quien decía que era una pérdida de tiempo, pero todos sabíamos que ella haría lo mismo de mayor.

−      Pablo tampoco coge el móvil. −dijo Ana, chasqueando la lengua. −Y encima no me sale igual el eyeliner.

−      ¿Qué más da? Si nadie se va a fijar. −le dijo Jesús, medio dormido.

−      No te fijarás tú, pero los demás sí lo hacen. −le reclamó nuestra amiga. −Lo tengo en la cara, por si no lo sabes, y todos miran las caras de las personas. Así lo que verán. −se quitó uno de los ojos para empezar de nuevo.

−      Sí, todos se fijan en tu cara, Ana. −negó con la cabeza Jesús y suspiró.

María soltó una risita leve, con intención de que Ana no la escuchara. Se había sentado en la silla de su escritorio mientras veía divertida a Ana y repartía su mirada con Jesús también. No fue hasta que Ana volvió a coger el móvil cuando dejé de pasar desapercibida.

−      ¡Oye! −exclamó la oji verde. − ¿Desde cuándo tienes esa marca en el cuello? −preguntó casi metiéndose en la pantalla.

Yo llevé, instintivamente, una de mis manos a la parte del cuello donde estaba mirando Ana perpleja. María abrió la boca y se acercó aún más al móvil, para verlo de cerca. En cambio, Jesús ni abrió los ojos.

−      Es un chupetón. −se rió la del pelo rizado. −Y lo tienes en el otro lado, Julia. −soltó una carcajada. − ¿Fue el día de mi cumple? Y yo sin liarme con nadie. −negó con la cabeza. −Ni en mi cumpleaños, vamos.

Jesús se rió con los ojos cerrados.

−      Eso no fue la noche del cumple. −les dijo él. −Eso es reciente. −abrió los ojos y cogió de otra forma el móvil. −Esperad, que Rubén me ha dicho que le metamos.

Ana dejó el móvil de la misma forma y volvió a hacerse el eyeliner, mientras María me preguntaba quién había sido el afortunado y Rubén se conectaba.

−      No le conocéis. Ni siquiera le conozco yo. –mentí y me dejé caer en la cama, igual que Jesús.

−      ¿Qué hacías? −le preguntó Ana a Rubén. − ¿Ves bien el eyeliner? −le preguntó al rubio.

0. Ataque de ansiedad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora