Donde estoy?

Dónde estoy?

¿Dónde estoy?

Había terminado su jornada laboral.

Recuerda haber tomado el bus hacia su hogar.

Recuerda estar leyendo una novela en su móvil.

Aun así no estaba ni en su casa, ni en el bus, ni siquiera en el hospital o en cualquier sitio conocido.

-¡Vete a la mierda!, ¡lárgate de mi habitación de una maldita vez!

Estaba en una habitación increíblemente lujosa, siendo gritada por un apuesto pelirrojo, que a pesar de estar gritando, parecía más bien asustado por alguna razón.

Bueno, estoy en la habitación de un extraño eso sería normal.

Si muy normal, si ese fuera el caso, pero en medio de alaridos, los cuales en medio de su desorientación no pudo comprender del todo, se dio cuenta al ver hacia abajo, que llevaba puesto un traje de sirvienta.

Mordiéndose el labio, volvió a ver al pelirrojo que aun seguía gritando desde la cama.

Apuesto, muy muy apuesto de hecho.

Joven, de alrededor de 18 años.

Pelirrojo, y no de cualquier tono de rojo, sino un intenso rojo, exactamente la misma tonalidad que la sangre.

'No puede ser, ¿verdad?'

-¿Cale?

-¿Quién te dijo que puedes hablarme con tanta familiaridad?

'Estoy en un sueño, ¿cierto?'

-Lamento verlo asustado joven maestro Cale.-dijo inclinándose levemente. No sabía si era lo que tenía que hacer pero si su idea de lo que ocurría era cierta, era lo mejor que podía hacer.

-Quién ha dicho que estoy asustado, estúpida sirvienta.

-Lo lamento me pareció que lucía asustado, debió ser mi error, me disculpo.

Realmente creía que a pesar de todos los gritos y maldiciones que soltó el pelirrojo, el joven parecía más asustado que cualquier otra cosa, sus ojos estaban rojos como si estuviera a punto de llorar.

El pelirrojo o más bien Cale Henituse, empezó a respirar con más calma, como si quisiera ocultar que toda esa agitación había sido resultado del miedo.

-He dicho que salga de la maldita habitación.

-De inmediato joven maestro Cale, lamento las molestias.-Di otra reverencia y salí de la habitación.

Nada más salir y cerrar la puerta, vi como por el pasillo se acercaba un viejo mayordomo con una sonrisa benigna en su rostro.

'Esto es un sueño, ¿cierto?'

Aun después de salir de la habitación y encontrarse en el pasillo y ver a quien muy seguramente era Ron.

Su mente seguía en negación, quería negar todo lo que estaba pasando.

Si esto realmente era verdad, quería que alguien le diera un premio por poder actuar decentemente como una sirvienta hace unos instantes.

Saben que olvídense del premio, aunque a ella realmente le encantaba esta novela, no quería estar aquí.

Además, ¿Dónde estaba exactamente?

Trash of the count's family o The Birth of a Hero.

Si era la primera no era algo tan malo, simplemente podía rehacer su vida aquí de una forma u otra, pero si era la segunda...

Estaba muy jodida, muy pero que muy jodida.

Dónde... ¿Dónde estoy?