Los días siguientes habían pasado rápidamente, en la mañana junto a Ron, intentarían infructuosamente levantar a Cale.
Bueno, a veces lograban despertarlo, mas bien yo lograba despertarlo, que era más bien decir, que se levantaba muy molesto por algo que yo le hubiera susurrado.
Método patentado para levantarlo de la cama.
Lo que de hecho, me hizo sospechar de que Cale tenía un sueño ligero, y que simplemente no quería levantarse a pesar de estar completamente despierto y si pudiera suponer un motivo...
No quería desayunar con el resto.
El motivo por el que tenia esta sospecha era, porque cada vez que logramos despertarlo, Ron trataría de que tomara el desayuno en el comedor junto al resto de la familia, y siempre Cale respondería que tomaría la comida en la habitación. Ponía una cara irritada cada vez, pero juraría que se deslizaba la tristeza en sus ojos cuanto más tenía que repetirlo.
Me hizo sentir un poco culpable de levantarlo, pero al mismo tiempo, no creía que fuera sano que se saltara siempre el desayuno, sobre todo si la sospecha de que se quedaba despierto todo el rato era cierta.
En cuanto a nuestra relación...
Creo que sigo sin agradarle en lo más mínimo...
Pero aunque es cierto, que me seguía increpando, por cualquier error, eso sucedía cada vez menos.
Tal vez y solo tal vez... ¿le caigo un poquitín mejor?
Solo podía esperar que ese fuera el caso. Crucemos los dedos.
Si tuviera que puntuar algo que me molestaba, sería que Cale jamás me llamaba por mi nombre, al punto que creía que no lo recordaba.
Sé que es mi nombre desde hace muy poco, pero ya que tengo uno, me gustaría que lo usará.
Lo sé, lo sé, es una tontería.
Por las tardes, cuando Cale abandonaba el castillo para ir a beber, yo me quedaba con Ron a aprender etiqueta. Ya por la noche me iba a cenar, descansaba un rato y luego me dirigía a la entrada, allí siempre me encontraba a Ron.
No sabía en qué momento descansaba este hombre, o si siquiera descansaba. Era un poco vergonzoso, porque se suponía que era yo la joven con energía, pero era el viejo mayordomo el que jamás parecía cansado, aún así me era imposible seguir ese ritmo, al menos tenía que tomarme un tiempo para mí, en mi habitación, antes de poder acompañarle en la entrada.
En cuanto a Cale, les diré un dato curioso. Que en secreto también me parece un poco tierno.
La primera noche llegó alrededor de las 3 y media. Al día siguiente me dio la bronca de que estaba medio dormida en mi trabajo, pero luego ese día llegó más temprano y el día siguiente aún más temprano, justo ahora está llegando a las 10 y media mientras ladraba.
-¿Qué demonios haces en la puerta perdiendo el tiempo?
-Simplemente quería darle la bienvenida, ¿Ha pasado un buen tiempo afuera, joven maestro Cale?
'Estás preocupado de que me pueda trasnochar, ¿no es así?'
Estaba 100% segura de que me ganaría un grito si me atrevía a decirlo en voz alta, de igual forma que estaba segura de que era cierto.
Podría parecer molesto la mayor parte del tiempo, pero al final del día era un buen chico fingiendo ser un mal chico.
Bufó y se fue a su cuarto sin dirigirme más la palabra y esquivando mis ojos, con la cara roja por el alcohol y una botella de vino en la mano.
Pero antes de que pudiera perderlo de vista murmuró.
-¿Por qué demonios se multiplican?
Ron me dirigió un pequeño asentimiento y se fue detrás de Cale. Por mi lado me dirigí a mi cuarto a dormir.
Las cosas han sido así durante los últimos días, hasta que terminando la semana, ocurrió un evento inesperado.
-Mañana me tomaré el día libre, joven maestro Cale.
Cale y yo miramos a Ron con una cara de completa incredulidad.
'¿Ron toma días libres?¿desde cuándo?'
Viendo la cara que tenía el pelirrojo plasmada en su cara, más el conocimiento que tenía de la novela, me dijeron la respuesta.
-La señorita Nadya, se encargará mañana de servirle sin mi asistencia.
Por un momento Cale pareció querer decir algo, para luego cerrar la boca con fuerza.
Pasó el resto del día extremadamente callado, no se quejó de absolutamente nada, ni siquiera, cuando por accidente deje caer una taza al suelo. Pero a diferencia de mi primer día, no era porque me estuviera ignorando, si puedo decir algo, parecía que en lugar de no verme a mí, quería evitar mirar a Ron mientras se mordía el labio inferior.
Cuando llegó la tarde, por primera vez desde que le servía, no salió a beber. Se sentó en una silla y se quedó mirando el paisaje toda la tarde.
Me recordó por un momento al Cale que quiere ser un holgazán, pero a diferencia del de la novela, este tenía un aire melancólico.
Ceno por primera vez en su habitación y luego nos despidió a ambos.
-Señorita Nadya.
-Si, Sr Ron.
-Se que mañana hará un espléndido trabajo por su cuenta, no tiene nada de qué preocuparse.
Intenté leer su cara en busca de cualquier información que me estuviera perdiendo, fue infructuoso, la cara de Ron era igual que siempre, una sonrisa benigna e inmutable en su rostro.
-Muchas gracias Sr. Ron, espero que disfrute de su día libre.
-Muchas gracias señorita.
Y con esas palabras se despidió de mí.
Mañana estaría por mi cuenta, curiosamente no estaba nerviosa por ello, creía que sería un gran día.
Con suerte podría estrechar lazos con Cale, sin duda era una gran oportunidad.

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Donde estoy?
Fantasi¿Dónde estoy? Había terminado su jornada laboral. Recuerda haber tomado el bus hacia su hogar. Recuerda estar leyendo una novela en su móvil. Aun así no estaba ni en su casa, ni en el bus, ni siquiera en el hospital o en cualquier sitio conocido. -¡...