Segui a Hans hasta una parte del castillo que aún no había visitado. Estaba nerviosa y agradecía internamente al mayordomo pelinaranja por acompañarme.
Mientras avanzamos, note como algunos sirvientes desviaban su vista en nuestra dirección.
Realmente los rumores volaban en este sitio, ni siquiera estaba segura de si era por mi actuación de enferma o por el malentendido del golpe.
Aun así era obvio que algunos sirvientes me miraban con pena de vez en cuando, porque para ser sincera, no estaban siendo muy discretos que digamos, lo cual de hecho me estaba incomodando.
-¿Todo está bien?
-Ah, si todo esta bien...
'Solo me siento como un animal en un zoológico'
Tosido
-Si lo solicita al conde, seguro puede hacer que cambien su puesto.
'¿Ah?'
Mire un poco confundida a Hans, él me devolvió la mirada con una sonrisa nerviosa.
-Lamento si me he inmiscuido de más.
-Ah, no, gracias por el consejo, pero no deseo cambiar mi puesto actual.
-¿Es así? ¿Está entonces nerviosa por hablar con el señor?
-Si... Un poco.
Hans sonrió de manera más relajada y en un tono animado me dijo.
-No debe preocuparse, nuestro señor es muy amable, puede que haya tenido una mala experiencia con el joven maestro Cale el día de hoy, pero le aseguro que no le culparan por ello, probablemente simplemente quiere saber cómo está el joven maestro. Yo mismo de vez en cuando también lo reporto y eso que ni siquiera trabajó directamente para él, lo más probable es que de ahora en adelante la llame con cierta frecuencia para saber como va todo.
'Me encanta como ha dado por sentado que algo malo pasó entre Cale y yo'
Aunque técnicamente hablando no se equivoca...
-Gracias Hans, es un alivio saberlo.-respondí cortésmente
-De nada, es un placer.
Nos detuvimos frente a una puerta de madera, como la mayoría de las puertas estaba hermosamente tallada con una tortuga en el centro.
-Si alguna vez tiene alguna inquietud puede preguntarme, pero por ahora me retiro, tengo algunas otras cosas que atender.
-Gracias, lo tendré en cuenta, hasta luego.
Con ello el mayordomo se marchó y me dejó sola frente a la puerta. Tome una bocanada de aire y le di unos golpecitos a la misma.
Tock tock
Desde adentro se escuchó un leve.
-Adelante.
Entre en la oficina, allí había un hombre de cabello castaño enterrado en papeleo.
-Buenas tardes mi señor, soy Nadya.
Dije mientras realizaba una reverencia. Cuando levante mi cabeza de nuevo, pude ver cómo Deruth había abandonado por completo los documentos y me veía con una sonrisa comercial y al mismo tiempo parecía nervioso, de hecho parecía aún más nervioso que yo.
-Si, gracias por venir.
Por un momento se quedó callado mientras jugueteaba un poco con sus manos.
Realmente lucía nervioso.
-Cómo... ¿Cómo ha sido su primer día en su nuevo puesto?.
Todo eso lo dijo, como si realmente no quisiera preguntarlo.
En un momento de iluminación pude comprender los nervios de este hombre.
'No quiere que renuncie a mi puesto'
Tal vez me había sacado la lotería.
Gracias a ello pude dejar atrás todas mis preocupaciones y contesté con franqueza a la pregunta del conde.
-Tuve algunos problemas al comienzo y el joven maestro Cale no parece muy agusto con mi presencia.
El conde parecía abatido con mi respuesta.
-Pero creo que podríamos llegar a llevarnos bien con el tiempo, de hecho me gustaría seguir trabajando para el joven maestro Cale, mi señor.
Concluí con una leve inclinación.
Deruth tenía una cara muy sorprendida que luego pasó a una de alegría, diría que hasta parecía extasiado.
-¿Es realmente así?
-Si, es así mi señor, no creo que el joven maestro Cale sea tan malo como dicen los rumores que lo rodean.
-Por supuesto, por supuesto.
El conde asentía como si fuera uno de esos adornos de coche que mueven la cabeza sin parar.
Me estaba dando un poco de vergüenza la situación.
Aprovechando el buen humor decidí preguntar una duda que tenía al Condé.
-Mi señor, podría preguntar ¿por qué me escogió para servir al joven maestro Cale?
-Oh, eso, es porque eres la sirviente más joven, por lo que eres la más próxima en edad a mi hijo, pensé que sería bueno que se relacionara con personas de su edad.
Solo un pensamiento pasó por mi cabeza cuando escuché su respuesta.
'Este hombre es IDIOTA'

ESTÁS LEYENDO
Donde estoy?
Fantasía¿Dónde estoy? Había terminado su jornada laboral. Recuerda haber tomado el bus hacia su hogar. Recuerda estar leyendo una novela en su móvil. Aun así no estaba ni en su casa, ni en el bus, ni siquiera en el hospital o en cualquier sitio conocido. -¡...