Capítulo IV

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몬스터~

Estaba completamente cubierto por una manta de oscuridad que hacía perder por completo el contorno de su curioso rostro y seguramente estaba recargado en su lado de la pared, observándome fijamente como lo ha hecho durante días. Al principió me inquietaba esa actitud tan expectante, pero ahora me asusta más el hecho de que sepa que noté su presencia...

ㅡBien, muchas gracias, de verdad gracias. Este trabajo me ha matado toda la semanaㅡColgué el celular, no sabía que agradecía con exactitud, mi mente se mantenía ocupada en la figura que ahora se encontraba a mi lado tocando el libro que estaba leyendo.

La tenue luz de la lámpara de escritorio apenas llegaba a alumbrar su mano; una mano pálida y grande, podría jurar que mi ritmo cardíaco se aceleró al notar los pequeños rasguños en sus nudillos.

La mano se acercaba cada vez más a mi brazo que se encontraba reposando en el descansador de mi silla reclinable y comenzaba a temblar mientras trataba de evadir por completo su figura inclinándose hacía mí y sin pensarlo mucho evite su contacto.

Cerré mi libro no sin antes memorizar el número de la página, completamente dispuesta a salir de la habitación para perderme entre los numerosos pasillos de la residencia escolar.

Algunas pisadas se mezclan con los sonidos lascivos de algo que golpea los azulejos de los baños compartidos por los estudiantes y no es algo raro tener roomies en actividad nocturna. Suspiré mientras bebía de mi vaso de agua, la rutina nocturna no era lo mío, pero el trabajo y las tareas me tenían más despierta de lo normal. Justo cuando creía que podría relajarme en mi entorno, aquel ser se postro en el marco de la entrada, estaba encorvado y solo su sombra oscura era lo que le daba la forma de una silueta inhumana. Pude verlo gracias a mi vista periférica, tomé un último sorbo de agua dispuesta a volver a mi habitación, pero no pude levantarme al sentir un peso sobre mis hombros y me tensé bastante en mi lugar.

Sus manos sostenían mis hombros haciendo presión, sentí su cálido aliento abanicar mi nuca y una sonrisa se deslizó en su rostro que se reflejaba a través de los vidrios de la estantería de cristal.

ㅡSe que puedes verme...

𝓢𝔀𝓮𝓮𝓽 𝓡𝓮𝓭 𝓐𝓹𝓹𝓵𝓮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora