XLIII "El final..."

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황 현진~🥀

La casa estaba desolada, a distancia se veía la fina capa de polvo que cubría la encimera de todos los muebles de madera, no había rastros de que Hyunjin hubiera pasado por aquí alguna vez y me asustaba tanto...

Había mucha luz y se podían ver orbes flotando junto a la misma, las pinturas se mantenían completamente perfectas y a la par esos pequeños detalles que había dejado pasar todo este tiempo. Hyunjin solía ser alguien muy cuidadoso con cualquier simple detalle que interfiriera en mi vida y se aseguró de que lo notara siempre.

Intenté abrir la puerta principal y era imposible, él cerró absolutamente todo. En la cocina no había nada, era como si la comida hubiera desaparecido junto con él y sin mas fuerzas para pensar caminé hastá el baño, lucían bastantes limpios los muebles de este y me generó confianza abrir la llave de la grande tina de vidrio blanco. Dentro de ella sentía la calidez del agua tomarme y miré el anillo de bodas que había olvidado que tenía puesto.

¿Ut mors to mecum?

De Hyunjin ya nada podía sorprenderme más... ¿Qué más podía quitarme?

Salí de la tina, no podía ahogarme como necesitaba, me puse aquel conjunto sucio encima de la taza y al menos ya no usaría esa ropa de porquería que tuve en mis peores momentos dentro de la habitación. Sonreí con gracia que se vió interrumpida por el sonido de la puerta siendo abierta tan despacio que rechinaba. La paranoia me invadió y como pude fuí ágil al tomar la navaja para rasurar de Hyunjin que se encontraba sobre el lavabo de manos y esconderla dentro del sueter color negro de el susodicho.

Caminé a la sala con cautela, desanimada por la idea de que quizás estaba alucinando antes de morir, pero olvidé la idea de seguir buscando al ver la puerta tal y como estaba antes. Me giré sobre mis talones y mis ojos se saldrían de órbita por la luz del enorme ventanal, pero no era la luz lo que me importaba de no ser porque...

Hyunjin estaba ahí.

Podía ver su cuerpo haciendo sombra detrás de él y me acerqué como si de María viendo a Dios se tratase, estando a su lado mirando al igual que él ese enorme ventanal de cristal. La ciudad se veía preciosa por la tarde y desde esta altura parecía algo tan hermoso con la nieve comenzando a caer, la noche caería tan pronto como se iba.

Algo me daba paz, era el dolor de ya no tratar de pelear contra todo lo que venía de él. Dejaría de hacerlo, todo lo que gané fue una vida en el infierno...

ㅡHyunjin...

Un susurro casi inaudible, aún sin poder creer que era él y no mi imaginación bizarra, aquella que todos solían alabar con tanto afán.

ㅡHe regresadoㅡSusurró con calma, mirándome con esos dos oscuros orbes llenos de misterio que me habían embelesado con tanta fuerza.

Me acerqué aún más a él, mis manos lastimadas sobre su rostro y las suyas sobre mi cintura con ese tacto que había jurado nunca extrañar.

Pero lo hacía...

ㅡ¿De verdad eres tú?ㅡMis manos por sus pómulos finos, los ojos cerrados ante las delicadas caricias.

ㅡTe he echado de menos...ㅡMis ojos lagrimeaban por haber encontrado una pizca de sinceridad en los suyos, solo sinceridad...ㅡLos he echado de menos a ambosㅡQuité lentamente mis manos de su rostro y subí el sueter dejando al descubierto mi vientre poco bultoso.

Sus manos frías por mi vientre, su sonrisa de felicidad era algo que jamás olvidaría y lloré más ante el impulso de querer ser una pareja normal junto a él.

¿Qué pasaba con todo ese odio?

ㅡCreí que jamás regresarías...

ㅡNecesitábamos tiempo, pero ahora no volveré a irmeㅡLimpió las lágrimas de mis mejillas enrojecidas, volvían a tener color luego de tanto. Relamí mis labios partidos y resecos, feliz de volver a verlo.

Miramos por última vez el atardecer, tomó mi mano delicadamente y la besó antes de abrazarme como nunca. Lloré porque lo extrañaba como no lo había hecho con nadie, sin embargo, un momento lindo nunca lograría compensar el daño acumulado porque...

El odio siempre le ganará al amor.

Me removí en el abrazo y lo correspondí junto a un beso, un beso lleno de deseo y amor que se sentía salado por mis lágrimas que no podían detenerse. Juntó nuestras frentes y me susurró algo que se iría conmigo hastá el día de mi muerte.

ㅡTe amo...

ㅡEstás siendo sinceroㅡLo miré con lágrimas de felicidad—Sin embargo, no me alcanza esta vida para odiarte, pero...ㅡVí sus ojosㅡEstoy segura de que me perseguirás en otra o me esperarás en el mismo infiernoㅡApreté mis ojos, escuché sus jadeos y pronto sentí algo cálido recorrer mis manos.

ㅡ¿P-por qué...?

Su rostro se contraía sin poder procesar del todo lo que acababa de hacer y pronto sus manos volaron a la navaja de rasurar enterrada en su espalda alta, arrancandola como si fuera nada. La examinó aún sin poder creerlo y su primer lágrima cayó antes de mirarme tan dolido, yo solo podía olvidarme de la idea tan estúpida que tuve, creyendo que al menos me serviría y...

¿Qué?

Estaba cayendo...

Sentí los vidrios enterrarse en toda mi espalda y el aire frío dándome justo en mi delgado cuerpo, hizo poner en alerta todos mis sentidos al ser empujada por el pecho con una fuerza inhumana. Observé su rostro, jamás creí verlo tan jodido e inseguro de si mismo, pero aún después de todo se aventó por mí con más lágrimas que salían por parte de ambos.

Parecía que todo se detuvo, pero la realidad es que él detuvo el tiempo para darme más a mí, estiró su mano izquierda y al mismo tiempo su dedo índice para que al menos lo tocase mi mano derecha que se encontraba cerca de la suya, solo debía estirar más mi dedo para tocarlo, pero...

Yo ya había aceptado la muerte.

Al notar que no quería ser salvada, entre todo el aire y con la vista lágrimeante, ví ese anillo fracturarse desde el rubí y romperse en mil pedazos justo en mi dedo. Hyunjin parecía gritar, pero no podía escucharlo por el tintineo de mis oídos, lágrimas reales escapaban de él, deseando que fueran tantas como las que yo derramé por él. Cerré mis ojos con fuerza y los abrí deseando que fuera un sueño, pero supe que no lo era cuándo Hyunjin se hizo menos que cenizas en el aire y por última vez pude ver esos oscuros ojos ahora iluminados con mi reflejo cayendo, sus lágrimas de cristal con una mirada llena de arrepentimiento y miedo, todo aquello me haría perdonarlo sin duda alguna, poco a poco se esfumaba como si nunca hubiera existido aquel chico de cabellos rojizos.

Sonreí una última vez para él y mientras el tiempo se hacía menos lento para mí, caía a velocidades extraordinarias. Los recuerdos de esos momentos en lo que pude ser feliz, aúnque durará tan solo meses, los guardaría toda la vida mientras fuera consiente de esta.

Te amo, Emma.

Nuestra boda.

El primer te amo.

Cuando lo ví por primera vez.

Nuestros bailes junto a la luna.

Dejaría todo atrás igual que él, al final si cumplió una de sus promesas...

En otra vida yo sería tan suya como el mío. En otra vida seríamos tan felices junto a nuestro bebé que nunca pudimos conocer y envejeceríamos juntos como en esas bellas historias que me contaba.

El último aliento salió, las lágrimas frías y la nieve cayendo de nuevo. Dejé de escuchar el tintineo y pronto mi vista se oscureció porqué yo dejé de sentir todo en ese momento...

"Ahora entendía porqué Dios me desterró del cielo, fuí malo con todos aquellos que me amaban"

Ut mors to mecum "Juntos más allá de la muerte".

황 현진.










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