Salí de aquel gigantesco edificio de administración, la decepción pintada en mi cara por tan solo haber considerado pedir un trabajo de sectetaria e incluso de limpieza. Era totalmente humillante, pero no estoy para pedir algo fuera de mi alcance.
El tiempo se me esta acabando...
Mi sonrisa pudo resaltar solo por el simple hecho de encontrarme con Hyunjin admirando las cenizas que se escapaban del lugar, una funeraria justo a lado de una planta de política corrupta administrativa de la capital, y flotaban por las cercanías del mismo. Me tenía sorprendida por la felicidad que reflejaba su sonrisa en cuanto la misma ceniza se hacía menos que nada sobre sus dedos.
Cientos de dudas golpeaban como ansias un asiento de avión y no tenía idea que de pasaba por una mente tan misteriosa como la de Hyunjin, nunca abría de más sus sentimientos conmigo...
ㅡ¿Hyunjin?.
ㅡMe encanta la nieveㅡSonrió antes de caminar hacia mí con el sonido de las hojas de los árboles partiendose bajo sus suelas y el aire revoloteando por todos ladosㅡ¿No te parece lindo?. Donde vivía siempre estaba así por la zona.
ㅡVamonos, no es sano que respiremos tantas cenizasㅡTomé su mano y comencé a caminar esta vez siendo detenida bruscamente por la mano de Hyunjin que sin esfuerzo pudo...
ㅡ¿No te gusta?.
ㅡNo es un buen momento.
Tomó mi mano de nuevo entrelazandola con la suya. ¿Cómo podria resistirme a abrazarlo? Era sencillo porque estaba triste por lo inútil que era pedir trabajo en la capital de la procrastinación y el simple hubiera.
Me acerqué un poco más sosteniendo su rostro con cuidado y acariciando levemente las facciones perfectas de él. Había sido claramente afectada por sus vibras tan pacíficas.
ㅡVamos a casa a descansar, ha sido un día muy difícil...
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Caminamos a pasos lentos hastá los dormitorios. Fuí recibida por mi empolvada residencia y nada sería peor que un lugar tan triste y sucio.
ㅡ¿Por qué es tan urgente un trabajo?.
ㅡNo quiero vivir de tiㅡFue simple.
ㅡPer...ㅡSus propias palabras interrumpidas por el sonido de su telefono. A kilómetros podría darse uno cuenta de lo desesperado que sonaba la llamadaㅡDios, no.
ㅡVe y se responsable, Hwang. Cuándo vuelvas hablaremos.
No demoró mucho, pero aún con la puerta bloqueando el sonido podía darme cuenta de lo mal que se escuchaba Hyunjin. Me preocupaba que estuviera teniendo tantos problemas, pero también me preocupaba el futuro que me esperaba en bandeja de plata.
Fueron tan solo algunos minutos de espera y no hacía nada más que tratar de entender que sucedía en su mundo laboral.
