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CHAPTER NINE;new home
La joven albina observaba desde lejos la ceremonia del traspaso de mando hacia el nuevo líder Omaticaya.
El hombre que estaría a cargo de las personas del bosque enterró un cuchillo en el pecho de Jake, borrando así cualquier rastro de Toruk Makto, y dando paso al nuevo jefe.
Un líder tiene que morir para que otro pueda nacer, recordó.
En todas las tribus eso era característico y su padre se había encargado de dejárselo claro cuándo comenzó a aprender las leyes Na'vi.
No podía ocultar el dolor que le provocaba ver a sus seres queridos sufrir por dejar su hogar. Neytiri era la más afectada, después de todo, ella le prometió a su progenitor proteger a su pueblo, y lamentablemente, esta era la única solución viable.
Toda la familia Sully caminó en fila hasta sus Ikranes, quienes estaban ya cargados con las pertenencias de sus dueños y listos para viajar. A unos centímetros prudentes de distancia estaba Hope junto a Samir, acariciando su cabeza, intentado que su Banshee no se sintiera tan inquieta.
Se mantuvo en silencio cuando cada integrante se acercó hacia sus animales, algunos reteniendo las lágrimas, otros con un semblante serio y otros directamente dejando su llanto salir.
–¿Estás bien?–se atrevió a preguntar al llegar al lado de Neteyam.
–Sí, o eso creo–pestañeó un par de veces y miró a la chica.
Intentó sonreír, tratando de aparentar que toda aquella situación no le afectaba más de lo que se permitía mostrar. Sin embargo, Hope le regaló una mirada, tan inquisitiva, que se rindió, bajando sus hombros y sus orejas.
–Recuerda que cuentas conmigo para lo que sea, ¿si?–sobó su espalda–. Podemos hablar de esto luego, si quieres, claro–ofreció amablemente.
–Gracias, en serio–susurró y puso su mano sobre la de ella, que ahora estaba en su brazo.
Instintivamente, supieron que tenían una conversación pendiente para más tarde, así que, sin pensarlo más, se subieron a sus respectivos Ikranes, mentalizándose para un largo vuelo.
Dándole una última hojeada al bosque, le indicaron a sus Banshee's que anduvieran, palmeando suavemente su costado.
Hope se adelantó un poco, sobrevolando las montañas. Sus queridas montañas nevadas, quienes eran dueñas de su niñez y de todos sus buenos cómo también malos recuerdos. Las extrañaría, por supuesto; pero estaba lista para vivir esta nueva aventura, que si bien nacía de algo para nada grato de experimentar, había decidido verle el lado positivo a la situación, como su madre lo hacía.
Formaron un triangulo que se mantendría durante el vuelo. Jake iba a la cabeza, Neytiri y Tuk a la derecha, Lo'ak detrás de ellas, mientras que Neteyam iba a la izquierda, Hope a su espalda, y finalmente Kiri.
