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¡ Maratón 2/2 !
CHAPTER TWENTY-THREE;an illusion
Hope sentía que ya no daba más. Su cuerpo estaba pesado y adolorido, como si una estampida de animales hubiese pasado por encima de ella, aturdiéndola por completo.
Se removió en su lugar, e intentó levantarse, sin embargo la pesadez de su organismo no se lo permitió y tuvo que volver a recostarse sobre la superficie abrigada y suave debajo suyo.
–Oye, fiera. Con calma–logró distinguir la voz de Kiri a su alrededor.
–¿Qué diablos me pasó?–preguntó cómo pudo.
Trató de abrir sus ojos con dificultad, y al hacerlo, pestañeó varias veces para enfocar su vista borrosa. Observó desde su posición el lugar en el que se encontraba, alzando un poco su cuello para poder ver mejor. Estaba en la choza que compartía con la familia Sully.
–Te desmayaste–contestó la Omaticaya con obviedad mientras terminaba de preparar algo en un pocillo–. Ten, bebe esto. Te ayudará a sentirte mejor–extendió el plato hacia ella.
Luego de conseguir sentarse, apoyando su espalda en la pared, tomó el líquido que su amiga le había ofrecido. Era cálido y reconfortante, tanto así que sintió que casi de inmediato aquel malestar en su cuerpo se iba desvaneciendo poco a poco.
–Mi abuela me enseñó a hacerla. Es realmente buena–explicó.
–Sí que lo es–estuvo de acuerdo tras haber consumido todo el contenido del recipiente–. ¿Cuánto dormí?–interrogó.
–Tres días–contestó Kiri con simpleza.
–No puede ser–susurró sin poder creer lo que oía.
Ambas se mantuvieron en silencio y, de pronto, todos los recuerdos desastrosos y devastadores de hace unos días la golpearon abruptamente, ocasionando que de su boca saliese un sollozo, alertando a su mejor amiga. Las lágrimas se escaparon sin permiso, y sus manos comenzaron a tiritar considerablemente, provocando que el pocillo se resbalase y cayera al suelo.
–¡Hope! ¿Qué sucede?–la de cabello corto se acercó a la albina y la consoló como ella lo había hecho cuando despertó de su desmayo.
–Neteyam–masculló sin poder emitir otra palabra.
–Él está con papá. Fueron a cazar para preparar el almuerzo, ya deberían estar por llegar–informó.
Hope miró a la muchacha a su lado como si tuviera un ojo extra en la frente. No lograba entender lo que le acababan de explicar. ¿Acaso todo lo que pasó fue producto de su imaginación? No podía ser posible.
Justo en ese instante, las voces del trenzado y de Jake se hicieron presentes en el lugar, cortándose bruscamente al ver a la albina despierta y observándolos como si fueran lo más extraño que hubiera visto antes.
