25. i see you

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CHAPTER TWENTY-FIVE; i see you

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CHAPTER TWENTY-FIVE; i see you

Hoy era uno de esos días en que la familia Sully, Hope y Spider estaban en el bosque. Luego de por fin asegurarse de que, por el momento, nadie corría peligro, decidieron que vivirían su vida al máximo. Explorarían, viajarían y disfrutarían de cada segundo que Eywa les regalase. Por eso, Neytiri y Jake accedieron a que sus hijos y amigos pudieran viajar a las montañas nevadas o, en este caso, al bosque. Después de todo, Ronal y Tonowari dijeron que siempre que regresaran al clan Metkayina serían bienvenidos en su aldea.

Lo'ak y su amigo humano habían salido a hacer sus típicos paseos y tonterías por ahí, y Tuk junto con su madre y abuela hacían joyería mientras Jake las admiraba con una sonrisa en el rostro. Por otra parte, Kiri había invitado a Hope a caminar, sin embargo, antes de comenzar, la Omaticaya le dijo que probaría un nuevo peinado en ella.

–No entiendo por qué me peinarás el cabello para recorrer el bosque–se quejó la albina hacia su amiga.

–Ya deja de hacer tantas preguntas y mejor agradéceme. Te ves preciosa–alagó la pelinegra.

Y no se equivocaba. Cómo pudieron, consiguieron deshacer las rastas de Hope, luego Kiri se encargó de peinar su pelo y, como toque final, colocó una bella flor azul en la parte trasera de su cabeza, para sostener dos mechones en esa zona.

–Ahora que estás lista, debes venir conmigo–dijo la joven hacia su pálida amiga.

Hope sabía que cuando Kiri estaba tan ensimismada con algo, era mejor no contradecirla sino más bien hacerle caso; pues el carácter de la chica era bastante fuerte y no convenía llevarle la contraria. Así que, sin rechistar, hizo lo que la Omaticaya le ordenaba. Y aunque tenía una leve sospecha de lo que se podía tratar, prefirió no decir nada al respecto.

Ambas adolescentes caminaron tranquilamente por el frondoso bosque de Pandora, observando detalladamente cada planta o animal que se cruzaba en su camino. Las dos amaban la naturaleza de su hogar, era una cosa en común que las unía. Su pequeño viaje transcurrió entre risas y conversaciones sobre temas sin mayor importancia, y de pronto, Kiri se detuvo y miró a su acompañante con una sonrisa cómplice.

–Hasta aquí llego yo.

–¿Qué?–cuestionó Hope con confusión.

–Solo continúa caminando. Deberás pasar por entre un gran arbusto y del otro lado habrá alguien esperándote–explicó emocionada–. Suerte.

La albina no entendía absolutamente nada, sin embargo, con el ceño fruncido y con mucha curiosidad, siguió las instrucciones que su mejor amiga le había dado. Al llegar al que supuso era el arbusto gigante del que Kiri hablaba, cruzó con cuidado las grandes hojas, procurando no hacerse daño con algunas espinas que sobresalían de los tallos.

Una vez estuvo del otro lado, su boca se abrió enormemente, al igual que sus ojos y emitió un sonido de asombro. Cubrió sus labios con sus manos y sintió sus ojos aguarse. Frente a ella se encontraba Neteyam con una hermosa sonrisa plasmada en su rostro. Detrás de él había una pequeña cascada que formaba un bello claro en el cual perfectamente se podía nadar. En aquel lugar la flora de Pandora brillaba más que en cualquier otro, cosa que hacía aún más mágico el momento. Además, había una especie de manta con una comida que se veía realmente deliciosa.

Hope corrió hacia el muchacho y se abalanzó a sus brazos para luego besarlo, expresando su gratitud y alegría.

–¿Qué es todo esto?–preguntó al separarse.

–Un pequeño detalle por hacerme el chico más feliz y afortunado del mundo–respondió él acariciando su mejilla.

La joven nuevamente volvió a besar los labios de Neteyam, pero esta vez con más desesperación y deseo, sin embargo el acto no perdía el cariño. El beso fue inmediatamente correspondido por el Omaticaya con la misma intensidad y bajó una de sus manos hasta la cintura de la albina para apegarla todavía más a su cuerpo, buscando cercanía. Sabían lo que podía ocurrir si no se detenían, pero, siendo totalmente sinceros, ambos querían que aquello sucediese.

Entre besos húmedos y caricias tentadoras los dos adolescentes se agacharon y se arrodillaron sobre el césped, mirándose fijamente con grandes sonrisas decorando su semblante.

–¿Estás segura de que esto es lo que quieres?–cuestionó el muchacho, apoyando su frente con la de su acompañante.

–Por supuesto que sí–contestó con voz agitada–. ¿Tú quieres esto?–devolvió la interrogación.

–Creo que nunca estuve tan seguro de algo en mi vida, Hope.

Eso fue suficiente para retomar lo que anteriormente estaban haciendo. Sus besos recorrieron sus cuellos y después con ímpetu regresaron para probar nuevamente los labios del contrario.

Delicadamente tomaron un poco de distancia para elevar sus trenzas y suavemente formar aquel vínculo que los uniría de por vida. Sus colas se movieron impacientes y un escalofrío abrasador los invadió de pies a cabeza. Podían experimentar las sensaciones del otro y entender sus emociones. Sus pupilas se dilataron y mantuvieron el contacto visual por un instante.

Eywa y el bosque fueron testigos de la alianza que se forjó entre ambos adolescentes aquel día. Hope y Neteyam expresaron todo el amor que sentían por su pareja y permitieron que el otro explorase su cuerpo como nunca nadie lo había hecho antes. Lograron sentir nuevas sensaciones, tan placenteras que se quedarían grabadas en sus mentes, al igual que el maravilloso momento que compartieron con quien pasarían el resto de sus vidas.

–Te veo, Neteyam–susurró Hope, poniendo sus manos en el cuello del muchacho.

–Te veo, Hope–respondió él de igual manera, acariciando el muslo de la chica que estaba sentada en su regazo.

author's note: Holaaa, vengo a decirles que solo nos queda el epílogo y quiero que sepan que estoy súper agradecida por todo el apoyo que le han dado a esta historia

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author's note:
Holaaa, vengo a decirles que solo nos queda el epílogo y quiero que sepan que estoy súper agradecida por todo el apoyo que le han dado a esta historia. De verdad lo agradezco mucho<3

Con amor:
—R

LIFT ME UP | Neteyam Sully Donde viven las historias. Descúbrelo ahora