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CHAPTER EIGHTEEN;falling in love
El sol brillaba más que nunca en el cielo. El día estaba totalmente iluminado, ocasionando que el calor fuese potente y por ende casi todos en la aldea se encontraban en el océano, disfrutando de la frescura que este brindaba.
Kiri y Hope estaban sentadas en la orilla, remojando sus pies y conversando diferentes temas, dentro de los cuales el que más destacaba era cuánto la pelinegra extrañaba a su amigo.
–Hey, él estará bien. Lo prometo–animó la albina–. Spider es un chico muy fuerte.
–Espero que tengas razón–murmuró la Omaticaya.
Además de todos sus problemas interiores, como el saber quién era su padre o investigar el porqué Eywa la escogió a ella para sentirla y escucharla, también necesitaba a su mejor amigo. Estaba sumamente preocupada por él, pues no tenía ni idea de dónde se encontraba y si realmente estaba bien.
Se mantuvieron en silencio, puesto que sabían que no necesitaban decir más. Kiri estaba aterrorizada, y aunque toda su familia le dijese que Spider estaría bien, ella no podía deshacerse de sus sentimientos, por lo que Hope entendía que lo mejor era permitirle sentir sus emociones y desahogarse.
A lo lejos, un poco más al interior del manto celeste, Neteyam y Tuk montaban sus Ilu's y jugaban con el agua. Salpicaban y escapaban el uno del otro, provocando risas por parte de ambos y haciendo que el corazón de la albina se apretujase con amor y ternura. Le encantaba como era el chico con su hermanita.
–Gracias por ayudar a mi hermano–soltó la muchacha, observando en la misma dirección que su amiga.
–¿A qué te refieres?–preguntó dejando escapar una pequeña risa.
–Neteyam siempre ha tenido la presión de ser el hermano mayor. Carga con el peso de querer enorgullecer a nuestro padre y el querer cumplir con las expectativas de todos para ser un excelente guerrero–explicó–. Pero desde que te conoció a ti, es diferente.
–¿Diferente?
Hope no lograba entender a dónde quería llegar su amiga con toda esa explicación. Aquello era algo que ya sabía, la presión que Neteyam tenía en sus hombros prácticamente desde que nació; pero no lograba comprender qué tenía que ver ella en todo esto.
–Es él mismo, Hope–dijo–. Estoy segurísima de que cuando está junto a ti, no siente la necesidad de ser el mejor para el resto, sino solo lo mejor para ti–sentenció–. Es libre.
La joven pestañeó varias veces, intentando digerir lo que acaba de oír, sin embargo estaba impactada. Es decir, pensaba que con Neteyam se complementaban bien, pero el hecho de que su mejor amiga le dijera que ella era especial a tal manera, solo por las acciones de su hermano, la había tomado desprevenida.
