13. sadness and the lost boy

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CHAPTER THIRTEEN; sadness and the lost boy

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CHAPTER THIRTEEN; sadness and the lost boy

Los habitantes de las montañas nevadas se encontraban expectantes a lo que ocurría en la gran cueva. Aquel lugar en donde residían sus líderes, y en el que ahora mismo debía estar dando a luz su matriarca.

–Respira, mi amor. Lo estás haciendo increíble. Solo has un último esfuerzo, ¿si?–alentó Lo'yr a su esposa.

A'lia pujaba con fuerza una y otra vez. El frío sudor se instaló en su frente y una gota del mismo de deslizó por su mejilla hasta su cuello. Debía ser fuerte por el bebé que venía en camino.

Un grito desgarrador salió y de su boca y, tras un corto silencio, un llanto se oyó por todo el lugar. Natsarik, la madre de Lo'yr, tomó al recién nacido en sus brazos y se lo entregó a la mujer.

–Es una niña–informó en el proceso.

–Hola, pequeña. Eres preciosa–susurró ella una vez su hija estaba en sus brazos.

–Eres hermosa, como tu madre–murmuró el hombre, robándole una sonrisa a su esposa.

Ambos padres primerizos sintieron una enorme calidez instalarse en su pecho cuando su hija los observó detenidamente a los dos. En ese mismo instante supieron que darían su vida por ella, sin dudarlo.

–Entonces, ¿cómo quieres llamarla?–preguntó él.

Habían acordado no elegir un nombre hasta el día del parto.

–Hope–respondió sin dudarlo–. Grace me dijo que eso significa "esperanza" en su idioma–explicó recordando las palabras de la doctora, quien había sido un gran apoyo para su tribu y que lamentablemente había fallecido nueve meses atrás, días después de que se supiera lo del embarazo.

–Me encanta–contestó con sinceridad. Le gustaba el significado, pues aquel nacimiento traería esperanza a todo el pueblo.

Con la mirada le pidió permiso a su mujer para poder tomar en brazos a la bebé y, tras un asentimiento por parte de su esposa, acurrucó a la niña contra su pecho.

Al salir de la cueva, las montañas quedaron en completo silencio. Los Na'vi demostraban respeto por su líder y por la criatura que se encontraba con él.

–Hoy es un día muy importante. Uno que quedará grabado en mi memoria por el resto de mi vida, el día en que nació mi pequeña niña–comenzó a hablar con orgullo hacia su gente–. Con ustedes, la princesa Hope.

En ese momento, alzó a la criatura en el aire, sosteniéndola con sus manos para enseñarla al pueblo.

–¡Larga vida a Hope!–gritaron todos al unísono.

LIFT ME UP | Neteyam Sully Donde viven las historias. Descúbrelo ahora