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¡ Maratón 2/2 !
CHAPTER TWENTY;fear, terror and panic
Toda calma y alegría que hubiese habido en la tribu del clan Metkayina se había esfumado en un abrir y cerrar de ojos. El día era lluvioso y el cielo estaba completamente cubierto por las grises y gruesas nubes que no dejaban de soltar el agua que caía en miles de gotas sin cesar.
Hace más de una hora que los jefes de la aldea junto con Jake, Neytiri y Neteyam habían salido en busca de algo y aún no regresaban, lo cual ponía cada vez más nerviosa a Hope. Los minutos continuaban transcurriendo y la ansiedad seguía aumentando dentro de la muchacha hasta que, a lo lejos en el océano, divisó cinco personas acercándose a la orilla. Al llegar, los adultos caminaron deprisa en dirección a las chozas mientras que Neteyam se detuvo frente a la joven.
–¿Qué está pasando?–preguntó atemorizada.
–Las personas del cielo regresaron–sentenció con rabia–. Asesinaron a la hermana espiritual de Ronal y a su bebé.
Eso bastó para que la albina llevase sus manos hacia su boca para acallar un sollozo. Su vista se nubló debido a las lágrimas, sin embargo no las dejó salir. Tenía que mantenerse fuerte.
Sin decir más, el Omaticaya tomó su mano y ambos caminaron hasta donde se encontraba todo el pueblo reunido, alborotado por la información recién obtenida. Querían venganza y no descansarían hasta obtenerla. La muerte de un Tulkun era algo que definitivamente no tolerarían y darían pelea frente a ello.
–Las personas del cielo no se detendrán. Deben decirles a sus hermanos y hermanas que se vayan–ordenó Jake, pero no obtuvo la respuesta que esperaba.
–Vives con nosotros y no aprendiste nada–recriminó Ronal en medio de su llanto.
–¡Lucharemos para proteger a nuestros hermanos!–gritó un desconocido, ocasionando que todos volvieran a desordenarse.
–¡Si deciden pelear, ellos van a destruir todo lo que aman!–continuó el Sully.
Nadie parecía escucharlo o hacerle caso. Estaban tan enfadados y con tanto enojo en su interior que no podían razonar. Y con justa razón, un ataque como el que los líderes Metkayina presenciaron jamás había ocurrido por aquellos lugares. Sin embargo, Jake decía la verdad, y tendrían que oírlo, pues era el más cercano a los demonios del cielo.
Hope apretó la mano de Neteyam, las cuales seguían entrelazadas, y el chico la atrajo para brindarle un reconfortante abrazo, a pesar de estar literalmente en medio del caos.
Rápidamente, el padre del joven tomó de su mano libre el localizador que habían incrustado en el Tulkun y se subió en una pequeña roca para alzar el objeto, obteniendo ahora sí la atención que necesitaba.
