El aroma a café y esa música siendo percibida por su cóclea auditiva lo hicieron abrir sus ojos de poco a poco. Al contrario que en su cama, aquí las sábanas eran blancas; se talló los ojos y miró su desnudo pecho, estaba lleno de marcas de amor, demasiadas marcas por parte del alfa dominante.
Al observar su pecho percibió el brillo de aquel anillo barato. En realidad él no lo hubo tirado como confirmó anteriormente, su emoción fue palpable cuando observó que Changbin llevaba el anillo al igual que él, a forma de un íntimo y muy importante dije.
El omega se levantó de la cama a tropezones, su cintura dolía al igual que su lindo trasero, observó su magra piel de nuevo percatándose de la limpieza en él, sonrió al entender que su alfa lo hubo limpiado a la luz de la vela.
Habían pasado dos días follando como locos. Su cuerpo estaba frágil y mallugado, caminó hasta el baño del mayor para poder terminar de limpiarse. La música siguió sonando durante todo el tiempo que él estuvo en la ducha, al salir cogió sus ropas para ponérselas y se asomó por el gran ventanal del apartamento del alfa, su pent-house era sin duda magno, era una residencia en el último piso de una torre de apartamentos lujosos.
Le gustó la vista. Era temprano, el momento en el que el sol derrumba al anochecer con solo una mirada y se levanta como el sempiterno ganador de lo ya conocido. La vida debajo de él transcurría con parsimonia, terminó de calzarse sus zapatos y bajó al recinto donde se encontraba la sala de estar en conjunto con la gran cocina.
—Changbin —llamó mientras bajaba— ¡Alfa, ven a mí! —bramó con voz juguetona.
No hubo respuesta alguna, el reproductor seguía cortejándolo con el piano de la sonata número 14 de Beethoven, llegó hasta la sala y observó que en la encimera de granito había una taza de café recién servido, la tomó y bebió con suma elegancia. Su celular comenzó a vibrar en el bolsillo de su pantalón así que sacó el aparato y observó que era una video llamada de su alfa.
—¿Dónde estás?
—Buenos días bebé. —Se miró un Changbin reluciente y con esa sonrisa capaz de desarmar a cualquiera. Minnie sonrió ante la cámara porque le gustó lo que vio.
—¿Dónde estás? Aún no termino contigo.
El alfa se mordió el labio impaciente por el lenguaje de su chico. Sin embargo, una voz sacó a ambos de su burbuja romántica.
—Eo, eo... ¿Qué mierda están haciendo? —Kang Dae le arrebató el celular al otro alfa y apareció en la pantalla— Esto puede ser considerado una llamada sexual ¿sabías? Puedo demandarte por daños a mi persona.
El omega sonrió al ver a su amigo de ojos grises, hacía algunos días que no se habían visto.
—¿Qué haces con mi novio?
—¿Tu novio? Te recuerdo que antes de ser tuyo, fue mío.
—¿Qué demonios estás diciendo? —Se escuchó decir a Binnie. No obstante Kang Dae siguió en la llamada con Seungmin.
—Deja de seducir a mi novio idiota. ¿A caso quieres morir?
—¡Wow! El omega es un matón, tendremos que tener cuidado amor. —Kang Dae hizo alusión de tomar a Binnie por el cuello, pero este se lo quitó de encima con un golpe suave.
El alfa de los ojos grises rio absurdo ante tanta bobería, después regresó el aparato al soporte destinado para él. Ahora una vista de los dos alfas era mostrada para Minnie, el cual seguía tomando café mientras conversaba con ambos.
—¿Y entonces?
—Tenemos una junta en la empresa. Bang Chan regresó y debemos ver los números de este mes.
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【Paraísos artificiales】
Fanfiction𝐻𝓊𝒾𝓇... 𝓈𝒾𝑒𝓂𝓅𝓇𝑒 𝒹𝑒𝒷𝑒 𝒽𝓊𝒾𝓇. Su existencia no es más que la cáscara que sirve para alimentar otro cuerpo. Los omegas siempre son eso, o ¿no? Al menos eso es lo que él piensa. A veces la vida de diversas personas se entreteje crean...