【Ｐａｒａíｓｏｓ ａｒｔｉｆｉｃｉａｌｅｓ】

↫４𝟔↬

¿En qué momento de la vida terrestre nacieron los predestinados? ¿Quién creó una criatura afín a ti? ¿Esta divinidad tuvo la intención de crear paz o caos? Claramente fue caos. La humanidad está plagada de seres perdidos en su naturaleza egoísta. Algo así como: "Esto es mío porque yo lo digo", o "Peleé con mucho honor y valentía... por ende, me pertenece"... El humano es el desecho de un Dios falto de diversión, que en su vorágine de aburrimiento disfruta ver a sus creaciones peleando entre ellas, amándose entre ellas... matándose entre ellas. Seguramente en estos momentos este ser divino esté recostado en alguna nube comiendo uvas y riendo por los últimos acontecimientos, o quizá, como Minho... esté harto y desquiciado.

El alfa detuvo el vehículo y miró a Bang Chan quien iba sentado a su lado, subió su vista al espejo retrovisor y vio a Yongbok, el cual era una masa amorfa de sudor frío y ojos extremadamente rojos y hundidos.

-¡No seas una mierda y detén esto!

Bang Chan desvió su mirada hacia la ventana. Lo ignoró a él e ignoró al chico castaño que temblaba en el asiento trasero. El hyung de Félix gruñó y salió del auto, necesitaba más que solo un par de minutos, afuera encendió un cigarrillo y se acuclilló sobre sus pantorrillas. Miró el lejano horizonte donde el sol comenzaba perderse entre las montañas, torció la boca recordando su plática anterior con el heredero.

-Gracias.

Hyunjin lo estudió en silencio, su rostro duramente golpeado sangraba a causa de la herida abierta en su ceja superior. Desvió la mirada y vio como la silueta de Félix se alejaba cada vez más y más, quizá esa sería la última vez que lo vería, le hubiese gustado decirle que lo amaría por todo lo que le restase de vida, y que siempre habría un lugar a su lado. Escupió la sangre en su boca y regresó la vista.

-Ese cabrón tiene una mano pesada. Algún día le partiré la cara -habló Minho al recordar que también había sido golpeado por Christopher hacía algunos meses.

Hyunjin rio mientras con su ayuda se puso de pie. Se pasó la mano por su labio sangrante y lo miró de nuevo.

-Lo que dijiste, ¿es verdad?

Él se mordió la mejilla interna. Sabía que estaba traicionando a Lee Baek y a los cientos de Yakuza que estaban en la mansión Lee, asintió y habló pausadamente:

-Lee Baek está listo para hacer el movimiento esta noche.

-¿Hoy?

-Él dijo que el Blue hat debe desaparecer -Miró como la manzana de Hyunjin se movió-. Si eres objetivo, creo que tiene razón.

-Es mi casa Minho.

-Es un lugar de perdición y ha hecho sufrir a muchas personas.

-¿Por qué no te quitas esa máscara de alma piadosa de encima? Sí, ha hecho sufrir a los Lee.

-A ti también -Él no sabía como persuadir al rubio, aun así lo intentó-. No tienes porqué cargar el peso de los pecados de tus ancestros, nadie debe hacerlo. Te conozco desde hace demasiados años, ambos sabemos que jamás serás la mitad de maldito que tu padre y eso quizás se lo debas a Jeongin.

-¿Me estás diciendo que no tengo lo necesario para liderar? -Alzó una ceja.

-No es eso. Tu alma no está putrefacta como la de un matón real. Sé objetivo, tú ni siquiera disfrutas salir a cazar gente, a crear conexiones o a matar cabrones por no querer pagar la cuota. En eso te gana incluso Seungmin.

-No me jodas.

-Lo sé, lo sé... Pero -Él posó su mano en el hombro contrario-, ¿hace cuánto no eres feliz? Feliz como cuando solíamos bebernos todo el soju de tu padre en el asiento trasero de este auto-Señaló el Chevy-, feliz como cuando veías bailar a Jeongin esa música pegajosa, tus ojos brillaban y te unías al baile y que bien bailas. Hermano, ¿alguna vez te preguntaste cuál es tu real pasión? ¿El por qué estás vivo? ¿A qué viniste a este mundo?