【Ｐａｒａíｓｏｓ ａｒｔｉｆｉｃｉａｌｅｓ】

↫ ４𝟮 ↬

A: Godesseve

Gracias por recordarme porque amo escribir. Sé que querías conocer esta historia. 

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—Buenas noches a todos.

La intriga en el salón se disipó al ver entrar al doctor a la estancia. Minho lo vio caminar hasta Baek para flectar un poco su cuerpo brindando un respetuoso saludo al omega dominante. Se preguntó quién era, a pesar de pasar la mayor parte del tiempo con Félix nunca había visto a ese sujeto trajeado con corbata color bermellón y mirada intensa; su mandíbula fuertemente perfilada y aquellas cejas le hicieron recordar a alguien ¿pero a quién? Frunció el ceño y siguió estudiando al recién llegado. Era bien parecido pese a tener fácilmente más de cinco décadas, lucía distinguido junto a su maletín de piel de reptil negro humo, la nariz recta y los labios finos le daban aún más belleza a su persona.

—¿Por qué tardaste tanto? —El omega se reacomodó en su sillón, mientras Ángela perfiló un poco su rostro a modo de devolver el saludo al mayor.

—¿Disculpa? —El hombre anduvo hasta el escritorio donde dejó sus cosas. Parecía demasiado familiarizado con el entorno—. Estaba tratando de estabilizar a tu hijo.

Baek formó una elipse con su boca y asintió brevemente. Él no entendió el contexto de las palabras de aquel que acababa de llegar, quiso preguntar dando un paso en dirección a este, no obstante, Bang Chan se adelantó. El tipo en su angustia se puso de pie pronunciando el nombre de su amigo. Error, la contusión en su cabeza ocasionó que se mareara y cayera de cara sobre la alfombra.

Jisung corrió hasta él y en conjunto con Ángela lo levantaron y lo llevaron de nuevo al esponjoso asiento.

—¿Qué le sucedió? —El médico lo señaló por un segundo.

—Un matón de Seungmin lo golpeó con s u arma. Perdió la vista del lado derecho.

—Lo siento por eso —El médico se inclinó un poco a modo de disculpas—. Recibirán su castigo.

—¿Puedes revisarlo? —cuestionó la omega.

El doctor confirmó y se dirigió hasta el chico, pero antes de iniciar con su revisión se percató de la criatura envuelta en una especie de toalla que permanecía a su lado.

—¿A ella también puedes revisarla? 

—Soy doctor, no un veterinario.

—¡Oh vamos! Aquí todos somos bestias. Ella con más pelo y una lengua más larga, yo con menos paciencia y Christopher prácticamente ciego.

Kyu-bok no manejaba mucha paciencia en ese momento. Suspiró pesadamente mientras se hincaba frente al can.

—¿Qué le sucedió Bang Chan? —La descubrió y comenzó a palpar la zona haciendo que la perrita chillara en el acto—. ¿También le disparó Minnie?

Su mandíbula se tensó un poco. El otro alfa negó y comentó que fue uno de sus hombres, él siguió tratando de encontrar el orificio donde la bala había entrado, y cuando por fin halló el lugar, hurgó un poco tratando de verificar si había un segundo orificio. ¡Bingo! también lo hubo encontrado. 

—La buena noticia es que la bala no se alojó en su cuerpo, el proyectil entró en esta zona —Señaló el fémur del can y maniobró un poco haciendo sangrar la herida—. No hay un daño severo, solo que ha perdido mucha sangre. 

—¿Cómo puedo ayudar?

—¿En esa condición? En realidad, no puedes hacer mucho —El doctor se puso de pie y regresó hasta su maletín, tomó un block de notas, una pluma y comenzó a hacer apuntes—. Ángela, dale esto a uno de tus hombres, que lo consigan.