𝙾𝚗𝚎 𝚕𝚊𝚜𝚝 𝚔𝚒𝚜𝚜 ┊𝐒𝐮𝐢𝐜𝐢𝐝𝐞 𝐦𝐨𝐮𝐬𝐞┊𝐁𝐎𝐎𝐊 #1

ᴄʜᴀᴘᴛᴇʀ 10 - ᴀʟᴄᴏʜᴏʟ

@m1ckey_lovescoffee

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El pequeño mickey mouse, carismático, divertido y agradable del vecindario disney, ya no era el mismo... Se encontraba dentro de su casa, después de demorar una hora en encontrarla. Por la distancia entre ella y el parqué, que hace un buen rato, no conocía.

Se mantenía sentado en el suelo, con su espalda recostada en la fría madera de su puerta. Portaba una botella, de quien sabe que sustancia llevaba, en su mano derecha.

Mareado, destapó la botella que sería la segunda que había tomado al día. Al tenerla abierta, dio un largo trago. Al principio, casi escupe, por lo fuerte que era, pero al acostumbrarse al sabor siguió bebiendo. Trago tras trago...
Aquel inocente, quien fue destruido por un anterior ser querido, ya se encontraba borracho.

Tomo las pequeñas gotas de su bebida, y tambaleándose, fue a por otra. En su armario, tenía varias botellas de alcohol ya que, cada fin de año, bebía con minnie.

Pero ahora, las bebía con el propósito de morir intoxicado, o al menos, dormirse por bastante tiempo y olvidar un poco la cruel realidad.

Aquél mundo de sueño y diversión en donde vivía, había desaparecido, como si alguien se lo hubiera arrebatado. Como cuando él mismo, le robo la fama a su hermano mayor por un año, con solo existir.

Destapó la nueva botella que portaba, decidido a tomarla. Y de un trago, terminó la bebida alcohólica.
Los mareos y náuseas se hicieron presentes, perjudicando al ratón.

El pobre no dejaba de tambalearse. Estaba apunto de perder el poco equilibrio que lo mantenía de pie. El sueño empezaba a apoderarse de todo su cuerpo, consumiendo cada rincón de su interior. Y casi cayéndose, caminó paso por paso hacia el sofá de su sala. Sin poder resistir más, dejó caer todo su peso en el sillón. Su vista se nubló repentinamente, y su cabeza no le dejaba de dar vueltas. El agotamiento le ganó, y terminó inconsciente. Sus músculos quedaron inmóviles, y la fuerza se desvaneció. Soltando la botella que poseía en su mano, y causando que se quiebre al chocar contra el suelo.

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Por otro lado, sus amigos recién llegaban a la parte donde habitaban del vecindario. Estaban agitados; porque no tenían en cuenta que su caminata se iba a expandir al regresar. Por más que estuvieran de ésa manera y necesitaban descansar, tenían una prioridad. (Mickey.)

Claramente iban a estar preocupados por su amigo, después de lo que había sucedido en ese parque.
Donald no dejaba de maldecir internamente a minnie. Con tan solo recordar su nombre, se asqueaba.

Al rato, ya se encontraban frente al hogar; cuya dueño no podía recibirlos por el momento. Goofy fue el que tomó la iniciativa para empezar a llamarlo. Ya sea a leves golpes en la puerta, como a llamados. (Por su nombre, claro.) Pero por más que lo llamaran de éstas dos formas, en ninguna de ellas se atrevió a abrir la puerta.

- "Seguramente aún no ha llegado."

Comentó el perro, para librarse de los nervios que se aproximaban a máxima velocidad.

- "¿Tú crees?"

Preguntó donald, icredulo y en tono sarcástico.