XXIV

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¿Segismundo?

La reunión con Conway había dado por finalizada y según ellos, en buenos términos. Ambos habían aceptado una tregua de tiempo indefinido, se despidieron en la salida de aquel bosque y se alejaron en sus respectivos vehículos.
Conway no quería atocigar a su hijo con muestras cursis de afecto, pues si quería recuperar a su familia debería hacerlo bien esta vez.

Y no pensaba arruinarlo nuevamente

Gustabo ya dentro del auto, dió un fuerte suspiro y su pecho se infló en un intento de autorregular su respiracion. Esa sensación física que sientes en tu cuerpo luego de haber llorado durante mucho tiempo.
Su semblante se relajó al sentir el tacto del respaldo en su espalda, apoyando todo su peso en este.

"Espero que Segismundo esté bien"

Pensó antes de arrancar el auto hacía la casa que compartía con el Gallego.
El cielo estaba calmo y algunas nubes grises se acercaban cautelosamente hacía su posición.

Se preguntó si su amigo había logrado salir ileso de esa reunión, si estaba pensando en el de la misma forma que lo pensaba Gustabo o pensaba que podrían cenar a la noche para celebrar dos exitos.
Una sonrisa se plasmó en el rostro del ojiazul.

El viaje se hizo ameno, disfrutaba de la tranquilidad del tráfico y de poder llevar la ventanilla abajo.
Llegó a la puerta de la cabaña, guardó el vehículo y entró por la puerta principal.

Al entrar, le sorprendió no ver a nadie dentro.

"Se supone que debería de haber llegado ya" "Tal vez se detuvo a comprar comida"

Golpeó de manera ansiosa sus dedos contra el marco de la silla. Revisaba el hogar en busca de detalles que delataran la llegada de alguien, sin embargo todo seguia igual tal como se fue.

Su cuerpo no evitaba sentirse agotado cada minuto del día, por lo tanto como si de un iman se tratase, se dirigió disparado hasta la habitación.
Una mala energía lo llenó de golpe al entrar a la cómoda pieza.
Una energía que le indicaba que algo no estaba del todo bien.

"Algo anda mal"

Segi <3

Holaa, como vas? -

Su cuerpo se encogió en las sabanas al ver que la última conexión de Segismundo fue unos minutos después de salir de casa por la mañana.

"Muy mal"

En un sutil intento de calmar sus aguas, se concentró en como dos gotitas de humedad competían en el cristal de la ventana en una carrera por ver quien llegaba primero abajo.
Aunque no lograba quitarse aquella inquietud y aburrimiento que lo carcomía aun mas de lo usual.
Llevó sus ojos nuevamente al celular y sus dedos se movieron por si solos.

Horacio

Hey
Como va todo?

Se mareó ligeramente.
Este tampoco estaba conectado desde hace un rato. Pero Gustabo lo justificó pues recordaba que los jueves siempre solían tomar ese horario para trabajar.
Tomó su cabeza con sus finos dedos y masajeó su entrecejo en busca de calma.

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