El Príncipe | Gay |

17

Prince y Dante llegaron a la alberca de la escuela, donde el equipo de natación entrenaba.

—bueno, ¿me esperas aquí? Iré a cambiarme.

—si claro.—Prince sonrió y se sentó en las gradas.

—genial, ya vengo.

Prince observó cómo Dante se alejaba para adentrarse en los vestidores del equipo, sacó su celular revisando sus mensajes, tenía varios días sin recibir ni uno solo de Noah, así que decidió enviarle uno.

Yo: Noah, ¿estás bien? Hace días no se de ti.

Guardó su teléfono y se dedicó a observar el agua de la alberca, le encantaba el olor a cloro que desprendía, el amaba el agua, su lugar favorito era definitivamente la playa, amaba nadar, pero no como deporte.

Prince observaba cómo chicos con shorts cortos y gorritos de silicon comenzaban a llegar, minutos más tarde, vió salir a Dante.

—¿q-qué...?

Prince no quería admitirlo, pero su boca se hizo agua mientras tragaba duramente, Dante estaba hecho un... Dios.

La piel blanca de su pecho estaba llena de pequeños lunares, relamió sus labios viendo su hermoso cuerpo marcado, desde sus brazos, sus hombros, su espalda, su abdomen, su pecho... y el comienzo de esa hermosa V que bajaba por su cuerpo hacia lugares desconocidos.

Sintió la boca seca mientras se quedaba sin aire, se iba a volver loco, eso era definitivo.

Dante miró en su dirección encontrándose con los ojos de Prince sobre el, por lo que le entregó una sonrisa, Prince parpadeó varias veces y apartó la mirada, Dante frunció el ceño divertido, negó con la cabeza y fue hacia sus compañeros.

Prince suspiró volviendo a ver al castaño, no volvió a perderlo de vista ni un segundo en toda la práctica, estaba encantado, y es que aún cuando habían un montón de chicos más, no podía dejar de ver a Dante.

Sonrió cuando lo vió saltar al agua junto con los demás, su brazada era increíble... bueno, el no sabía nada de natación pero... sabía que Dante se veía genial. Casi grita cuando vió que Dante fue el primero en llegar, superando su propio marcador.

Dante salió del agua quitándose la gorra festejando su nuevo récord, vió a Harper saliendo del agua para ir hacia el castaño y felicitarlo.

Horas más tarde, la práctica terminó y Dante se acercó a él.

—hey, se terminó la práctica, iré a cambiarme rapidísimo y nos vamos.

—genial.

Dante le sonrió y se fue, a lo lejos vió a Harper esperándolo mientras lo veía, cuando sus ojos se encontraron, el castaño levantó sus cejas hacia el de forma sugerente, por lo que el frunció el ceño confundido.

Cuando Dante llegó a su lado, se perdieron en los vestidores, Prince suspiró tomando sus cosas y bajó de las gradas.

Minutos más tarde, Dante y Harper llegaron a su lado cada uno con sus pertenencias.

—bueno chiquillos, yo ya me voy, nos vemos mañana.—Harper se despidió dando palmaditas en el hombro de cada uno y se fue.

—¿nos vamos?—preguntó Dante buscando su atención, Prince lo miró sonriendo y asintió.

Una vez frente al Jeep de Dante, subieron, Dante encendió el auto y emprendió el viaje hacia la casa del rubio.

—¿me viste ahí? ¿A que estuve genial?

Prince entrecerró los ojos viendo el modo presumido activarse en el rubio.

—ah, con que tienes tu lado presumido también.