El Príncipe | Gay |

26

Prince se separó del beso posando su mirada en el suelo, Dante lo miraba nervioso si alejarse un centímetro de él.

—Prince...

—Dante.—lo interrumpió.—lo siento, yo... e-estoy saliendo con Jacob.

Y ahí, Dante se alejó, lo hizo como si la cercanía del rubio le quemara, Prince lo miró asustado.

—Dante...

—no, yo lo siento, no... no debí besarte.—sacudió su cabello en clara frustración.

—no tienes por qué disculparte.—se levantó yendo hacia el.—yo también te besé... no debí... lo siento.

—n-no, está bien...—no podía mirarlo, sentía que se desarmaría si lo hacía.

—quieres... ¿que continuemos...? ¡Con las fotos!

Dante lo miró sin saber que decir.

—yo... creo que está bien por hoy, si necesito ayuda después, te lo diré.—termino bajando la mirada colocando una de sus manos en el cuello, Prince asintió lentamente.

—bien, yo, me voy entonces...

Dante asintió sin mirarlo mientras se acercaba a su cámara haciéndose el que movía algo en ella.

Prince lo miró y suspiró, tomó sus cosas y salió de la habitación.

—mierda.

El ojiverde se alejó de la cámara sacudiendo su cabello mientras sus pies no dejaban de andar ansiosos por todo el cuarto.

—muerda, mierda... lo sabía, ¡mierda!

Se sentó en la orilla de la cama tratando de calmar su corazón acelerado.

—eres un imbecil.—se dijo a sí mismo con desprecio.

Sus manos temblaban mientras pasaban por lo largo de su cabello y sus muslos tratando de relajarse, sus ojos se apretaban a la par de sus puños mientras su respiración se aceleraba.

Tenía miedo, estaba aterrado, porque sabía que después de hoy, nada entre él y el rubio sería igual.

Era justo lo que quería evitar, no quería perderlo, y parecía que acababa de hacerlo.

Se levantó con fuera de su cama yendo a su mochila sacando su cajetilla de cigarros, donde solo quedaba uno, busco desesperado por toda la habitación su encendedor, no tenía idea de dónde lo había dejado.

—aquí estás...—lo sacó de lo más recóndito del cajón de su escritorio, con las manos temblorosas encendió el cigarro sintiendo un poco de paz cuando inhalo por primera vez, soltó el aire por su boca cerrando los ojos mientras sentía su cuerpo relajarse, fue hacia la ventana abriéndola por completo y se sentó frente a ella hasta que el cigarro se consumió tanto como pudo.

[📸]

Rose sonrió cuando vio a su hijo entrar por la puerta de la casa.

—¡hijo! Que bueno que llegas, Alice hizo brownies, ve a probar.

Prince la miró unos segundos para después negar con la cabeza.

—estoy cansado, estaré en mi cuarto.

Rose hizo una mueca preocupada cuando escuchó la voz decaída del rubio junto con su mueca de tristeza.

—cariño, ¿está todo bien?—preguntó acercándose lentamente hacia el, Alice lo miraba igual del otro lado de la barra de la cocina.