《Omatikaya》
Ellos eran diferentes a los metkayina.
Colas pequeñas, delgados, de tonos azules que tocaban al cielo nocturno, pertenecientes de bosque y no de mar. Hijos de tierra, como los llamarían algunos pertenecientes a los mares.
Una familia...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ao'nung no pudo determinar en qué momento pasó, pero sucedió.
El haber entrado en el marui viendo al otro tan concentrado en subir aquella canasta le había provocado un poco de gracia. Era demasiado alto incluso para él, se preguntó porque no la dejaba en el suelo y que otras personas después las acomodaran.
Le observó por un momento mientras se estiraba más y más, hipnotizado por un segundo.
Sus piernas eran muy largas y su cola se movía de un lado al otro con vida propia, haciendosele tierno. Neteyam era tan delgado...y aún así tenía los músculos necesarios.
Se preguntó qué pasaría si sus manos le tomarán esa fina cadera por un segundo, sonrojandose un poco.
No sabía porque estaba pensando en eso realmente.
- Oye- - llamo su atención, sabiendo que no lograria subir la canasta y para avisarle que podia dejarla en el suelo. El otro parecio herizarse en reacción y tambalearse - ¡cuidado! - grito al notarlo caer, soltando rápidamente la canasta que llevaba con él para ir a agarrarlo.
Le protegió la cabeza y la espalda con sus manos, dejándose caer sobre este sin equilibrio.
- joder... - maldijo, se había golpeado un poco las rodillas... pero fuera de ello estaba bien, al menos él.
Se removió incómodo, notando que algunas redes de la canasta de Neteyam le habían caído encima, trató de quitarlas rápidamente, logrando lo después de unos cuantos tirones a estas.
Sintió que las piernas de Neteyam se movían algo temblorosas contra la suya, haciendo que reaccionará para mirarlo.
Cuando lo vio... su mente quedó en blanco por completo.
- perdón por asustarte - comento distraído, notando que Neteyam se encontraba rojo y algo agitado. Su pecho subia y bajaba presentando una respiracion dificultosa - ¿estas bien? - le pregunto, deslizando una de sus manos por el rostro de este para sacar algunas trenzas que le bloqueaban la vista.
Sabía que debía apartarse, pero...
Era incapaz de dejar de mirarlo.
Vaciló mientras le miraba a los ojos, perdido en el ajeno, escuchando solamente su respiración mientras la controlaba.
La mano que mantenía en la nuca de Neteyam se movió, apretando ligeramente el cabello de este sin llegar a lastimarlo.
Maldición... se veía tan jodidamente atractivo.
- Ao'nung... - pronunció casi en susurros, pero a él le era imposible reaccionar ya.
La mano que usaba antes para apartar las redes de ellos se removia en el suelo, inquieta. Mientras que las piernas de Neteyam siguieron moviéndose contra la suya...
