《Omatikaya》
Ellos eran diferentes a los metkayina.
Colas pequeñas, delgados, de tonos azules que tocaban al cielo nocturno, pertenecientes de bosque y no de mar. Hijos de tierra, como los llamarían algunos pertenecientes a los mares.
Una familia...
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[ 🥀 ]
Neteyam se mantenía recostado en una camilla, jugando con sus dedos algo ansioso y mirando al techo.
Norm ya le había hecho un par de pruebas y ahora le revisaba el vientre con una dicha máquina para ultrasonidos.
El gel que había sobre su vientre era frío y lo tenía incómodo, pero no comentaba al respecto.
— umh... — murmuró Norm después de un rato, provocando que viera la pantalla que no entendía muy bien. No sabía cómo veía en esa cosa — el tejido que empieza a formarse se ve desgarrado y delgado...puedo ver a través de el — hablaba para si mismo, dejándole aún más ansioso. No entendía de que estaba hablando pero no sonaba bien.
Le siguió revisando por un rato más y tomando algunos apuntes, antes de alejarse en su silla y teclear algo en su computador, concentrado.
Neteyam pensó en que quería sentarse, pero se quedó recostado ya que Norm no le había dicho si podía moverse o no.
— Neteyam — le llamó, acercándose a él de nuevo y apoyando ambos brazos sobre la camilla, mirándolo — me temo que aunque no pueda decir que este del todo mal... esto es muy riesgoso para ti y tu salud — le comentó, siendo lo más delicado posible al hablar — si lo dejáramos de todas formas moriría y sería incluso peor — prosiguió, dedicándole una mirada de pena. Neteyam apretó los labios y cerró los ojos un momento, cayendole con dolor aquellas palabras — lo lamento — murmuró el avatar, tomandole de la pierna con cuidado en muestra de apoyo emocional.
Él tan solo asintió, sintiendo que se le saldrían las lágrimas en cualquier momento y obligándose a cubrirse la cara entristecido.
— entiendo, gracias Norm — susurro con la voz rota, dando señales de que estaba llorando. No le importó — ¿puedo pedirte que me des un tiempo a solas? — preguntó con un hilo de voz, destrozado.
Norm respondió con un leve "por supuesto", levantándose de su sitio en silencio y dejándolo sólo.
Neteyam se reincorporo, sentándose y sorbiendo su nariz mientras agachaba la cabeza y dejaba sus manos entre sus piernas, dejando sus lágrimas caer sobre sus muslos y brazos.
Si era sincero... ya se había preparado para una noticia como esa, pero igual le pesaba asimilarla.
Aunque fuese jóven e inexperto, a él le hubiera gustado darle una oportunidad a lo que intento nacer en su vientre... u al menos tener más tiempo para pensar en sí quería o no tenerlo.
