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Neteyam saltaba y se balanceaba de árbol en árbol, teniendo que detenerse cada cuanto para ver a su pareja y que no tropezara o se callera.
Ao'nung venía tras él, moviéndose lento y con una cara que expresaba el miedo que sentía cada vez que miraba hacia abajo.
— ¿que pasa pececito?, ¿es muy difícil para ti? — le preguntó dudoso y tratando de ser gentil al respecto. Sin pizca de burla.
Se sentó sobre una rama viendo como este se tomaba su tiempo para pasar de un árbol al otro, genuinamente aterrado.
— ¿tu que crees? — preguntó este acercándose hacia dónde estaba y tropezando, por lo cual tuvo que reaccionar y tomarle del brazo antes de que se cayera, pegandolo a él. Ao'nung por su parte se abrazo a él por el susto, haciéndolo reír.
— esto me recuerda tantas cosas — anunció de buen humor, ayudándolo a mantenerse estable sobre el árbol donde estaban — anda, te enseñaré algunos trucos — sonrió, antes de dar un salto y colgarse más arriba.
Fue explicándole poco a poco que cuando escalara, debía ser rápido y saber donde pisaba, también, que cuando fuera a saltar de un árbol al otro, lo mejor era que subiera lo más arriba posible, ya que eso podía asegurar que cayese al siguiente árbol y le daba más probabilidades de sostenerse al caer.
Luego de aquello, le indico que debía dejarse fluir con el bosque, balancearse en lianas fuertes, dejarse caer por las enormes hojas como si fuesen toboganes y usar enredaderas como escaleras.
Con cada indicación este fue agarrando un poco de confianza, moviéndose un poquito más rápido cada vez y llenándolo de orgullo. Ese era su novio.
De momento, el de piel turquesa no planeaba intentar saltar de un árbol a otro en lo absoluto, cosa que entendió perfectamente. Seguro le era muy difícil ya que su cuerpo no estaba acostumbrado a los impulsos de saltar o brincar de un sitio a otro.
Cuando llegaron con la aldea Omatikaya, pudieron ver a más de uno moviéndose entre las sombras y aullando de árbol en árbol a las lejanías, comunicándose. Aquello lo hizo muy feliz y no pudo evitar aullar devuelta, haciéndose notar.
Pronto sus hermanos y hermanas del clan identificaron su llamado, acercándose a él.
— ¿Neteyam? — dijo un chico saliendo desde entre las hojas del árbol donde estaba con Ao'nung, colgandose de sus pies y estando de cabeza — ¡chicos Neteyam regresó! — grito con alegría, asustando al pececito a su lado y provocando que lo tuviera que agarrar para que no se fuera directo al suelo, muchos metros a bajo.
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🌱🍂 Hijo de Omega 🍂🌱
Fanfic《Omatikaya》 Ellos eran diferentes a los metkayina. Colas pequeñas, delgados, de tonos azules que tocaban al cielo nocturno, pertenecientes de bosque y no de mar. Hijos de tierra, como los llamarían algunos pertenecientes a los mares. Una familia...