《Omatikaya》
Ellos eran diferentes a los metkayina.
Colas pequeñas, delgados, de tonos azules que tocaban al cielo nocturno, pertenecientes de bosque y no de mar. Hijos de tierra, como los llamarían algunos pertenecientes a los mares.
Una familia...
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Ao'nung acomodaba lentamente las trenzas de un dormido Neteyam, admirandolo en silencio.
Dos días después de los análisis de este (de los cuales, habían dado respuestas negativas), había sido operado, sacando la mancha de embrión antes de que avanzará y se convirtiera en algo peligroso o un tumor.
Se paso todo el tercer día durmiendo y parte del cuarto también, preocupandole un poco ese hecho. Pero entendía que... estaba cansado y la mejor forma de recuperación que este tenía era durmiendo.
Él iba y venía, esperando aveces por largas horas para verlo abrir esos ojitos ambarinos, queriendo desearle los buenos días, tardes o noches.
- ¿todavía sigue durmiendo? - preguntó acercándose a él Norm, el avatar (ahora sabía que se le decía así) que había hecho la cirugía a Neteyam - parece un oso ya... esas dosis de anestesia realmente lo golpearon fuerte - murmuró este impresionado y tomándose una taza de cacao caliente.
Otra de esas maravillas que pudo disfrutar acerca de "los humanos".
- ¿que es un oso? - preguntó, ya mucho más confiado con quienes le rodeaban últimamente. Ellos le respondían cualquier duda sin reírse o burlarse, siendo realmente agradables y amables.
- es una criatura de la Tierra grande y fuerte - contestó este con una deslumbrante sonrisa, aunque nunca tan deslumbrante y preciosa como la de su Neteyam - esta cubierto de pelo por todo el cuerpo y tiene unas grandes garras que usa para cazar. Además de unas orejas redondas, también son muy gordos - explicaba, antes de acercarse con su laptop y mostrarle algunas imágenes de lo que decía él, eran diferentes tipos de osos - por desgracia los polares y los pandas se extinguieron en el 2026 - murmuró este mostrándole a ambas especies.
- ¿que es extinguieron? - preguntó con dudas, a lo cual Norm sorbia de su taza de chocolate para seguir enseñándole más.
- extinguir, es el término - le corrigió. Ao'nung siguió acariciando a Neteyam mientras escuchaba - es lo que le ocurre a una especie de lo que sea cuando desaparece por completo, dejan de existir - contestó, a lo cual Ao'nung mostró preocupación por el tema.
Eso de extinguir sonaba horrible.
- ngh...hic... - escucho a su chico quejarse, sonando como un pequeño "pollito" y apretando ligeramente el ceño de forma tierna, haciéndole sonreír.
Unas cuantas veces cada cierto tiempo el hacía algún gesto como ese, provocándole ternura.
Le acarició la carita despacio para que calmara su expresión (cosa que logro), y le pasó el pulgar por debajo de los labios, haciendo que cerrará la boca. Aunque eso no iba a durar mucho y seguro iba a volver a babear.
