Camila o Mila como todos la conocen es una joven de 17 años que se encuentra en una situación muy difícil al estar su hermana de 6 años enferma de leucemia y su padre con una gran deuda, una mujer aparece de la nada ofreciendo su ayuda solo con una...
No sé por cuánto tiempo estuve con mi hija pero fueron muchas horas, no podía irme de su lado sentia la necesidad de protegerla y cuidarla pero fue necesario irme ya que habían llegado nuestros familiares y el padre de Camila estaba muy preocupado.
-¿Cómo está mi hija?-Dice su padre.
-Ya está Estable en unos momentos pasare a verla a la habitación-Respondi amablemente.
Toda nuestra familia estaba reunida en el hospital esperando noticias de mi esposa y mi hija.
El doctor llega con un semblante serio y se acerca a nosotros, mis nervios aumentaron y mi corazón latía a mil, espero que sean noticias buenas no puedo perder a ninguna de las dos no me lo perdonaría nunca.
-Tengo que ser sincero con todos ustedes-Dice el doctor hablando seriamente.
Mis manos sudaban cada segundo que pasaba y estaba apunto de romper en lágrimas si escuchaba una mala noticia.
-Camuka está bien está estable y la pequeña Isabella recupero fuerzas para seguir al parecer la visita de su madre la ayudo bastante-Dice el doctor sonriendo.
Senti un gran alivio al escuchar eso al fin buenas noticias después de todo lo malo que había pasado, seguí al doctor hasta llegar a la habitación de Camila, al llegar la mire a ella...
Tan hermosa como siempre pero sus ojos estaban rojos como si estuviera llorando, tenia un respirador conectado y miraba la pared aún no notaba nuestra presencia.
-Lindo día Camila al fin despertaste-Dice el doctor.
Ella se da la vuelta y nos mira con una mirada que reflejaba preocupación y angustia.
-Lauren estás aquí-Dice ella hablando débilmente.
-Si aqui estoy preciosa recuerda que nunca podré dejarte sola-Dije tomando su mano.
-¡Nadie me ha querido decir nada de mi hija cómo estál-Dice rompiendo en llanto.
-Ella está bien nació prematura pero está estable-Dije
-Podra verla Camila, volveré enseguida con una silla de ruedas-Dice el Medico.
Ella se tranquiliza y toma mi mano sonriendo, al fin estoy a su lado después de tanto tiempo y ahora con nuestra pequeña Isabella.
-Es hermosa y muy parecida a ti-Dije.
-mi niña-Dice.
El doctor regresa con una silla de ruedas y ambos ayudamos a Camila a subirse con mucha delicadeza.
El doctor nos acompaña hasta el área de maternidad. Al llegar Camila sonríe mirando todos los bebés que estaban ahí.
Narra Camila.
Hace horas desperte y lo primero que note fue mi vientre ya no lo tenía y entre en pánico al saber que algo había pasado con mi bebé.
-¡Que paso con mi bebél-Dije desesperada a una enfermera.
-No lo sé señorita solo me dieron la orden de venir a cambiarle el medicamento-Dice la enfermera.
-Tu sabes que paso con mi hija que le hicieron.-Dije entre lágrimas.
-Ya le dije que no lo sé-Dice la enfermera de nuevo.
-Si no me dice ahora mismo que paso con mi hija este hospital será un infierno-Dije.
-Esta muy alterada señorita le pondré un calmante-Dice la enfermera sacando una aguja.
-¡DIME EN DONDE ESTA MI HIJA!
Olvide todo en ese momento y comencé a gritar desesperadamente al no saber que paso con mi hija. Dos enfermeros entran y me toman fuertemente de los brazos para que no hiciera ningún movimiento, lo último que vi fue la cara de la enfermera a punto de introducir la aguja con el líquido adentro.
Horas después desperté con un fuerte mareo mi vista estaba completamente borrosa y no podia distinguir los colores de la habitación.
-Lindo día Camila al fin despiertas-Dice una voz masculina.
Giro mi cabeza lentamente y veo a un médico y detrás de el venía una persona que no distinguía. La persona se acerca más dejando ver su rostro y una sonrisa se formó en mis labios al darme cuenta quien era.
-Lauren estás aqui-Dije apenas hablando.
-Si aquí estoy preciosa recuerda que nunca podré dejarte sola-Dice y toma mi mano. Rápidamente reaccione y recordé a mi hija de nuevo esa inquietud se apodero de mi.
-Nadie me a querido decir nada de mi hija como está.-Dije preocupada.
A lo que Lauren me responde que está estable y eso me tranquilizo ya que mi mente se había apoderado de pensamientos negativos que me estaban rompiendo el corazón en mil pedazos.
Pedi verla y trajeron una silla de ruedas para llevarme con mi hija al área de maternidad. Al llegar ví muchas incubadoras con bebés dirigi mi vista a todas las incubadoras que había buscando a mi hija y sonreí al saber que uno de esos bebés es mi hija.
Antes de entrar Lauren se colocó un traje quirúrgico y con su ayuda me ayudó a vestirme igual que ella para protección de la bebé. Ya listas Lauren camino hacia adentro empujando la silla de ruedas mi corazón latía de la emoción cada vez que avanzaba para poder conocer a mi hija, finalmente se detuvo frente a una incubadora en la cual se encontraba una pequeña bebé.
-Te presento a nuestra hija-Dice Lauren acercando más la silla.
Y ahí estaba ella la pequeña Dafne una bebé muy pequeñita que es parte de mi y de Lauren una bebé que fue el resultado de una historia entre Lauren y yo.
-Es hermosa-Un susurro salió de mis labios al admirar tanta belleza en mi hija.
Mis lágrimas salían por si solas pero eran lágrimas de felicidad al saber que mi hija está bien y Lauren está a mi lado, Lauren puso su mano en mi hombro y tome su mano mientras ambas mirábamos a la bebé.
-Eres tan valiente-Dije hablándole afuera de la incubadora.
El médico se acerca con una sonrisa en sus labios al mirar la escena tan emotiva.
-La pequeña Isabella necesita el calor de su madre-Dice abriendo la incubadora y sacando con cuidado a la bebé.
El doctor tenía a la bebé en sus brazos y se la da a Lauren para que la cargue, ella sonríe al verla.
-Descubrete el pecho por favor-Dice el doctor.
Hago lo que me indica y Lauren le da a la bebé para que la examine y después la coloca sobre mi pecho para que tenga calor.
-Es muy importante que la bebé tenga el calor de su madre.
Su pequeño cuerpo estaba sobre mi pecho y mis manos la sostenían con delicadeza ya que era muy frágil y pequeña.
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O
bserve sus pequeñas manitas en movimiento que estaban sobre mi pecho, Isabella abrió sus ojos y me miró fijamente.
-Hola pequeña bienvenida-Dije mientras le depositaba un beso en su pequeña cabeza.
La bebé dejo salir un tierno bostezo y se acurruco en mis brazos, era feliz en estos momentos tenía todo lo que necesitaba para ser feliz tenía el amor de Lauren y su compañía y a mi hija lo más preciado para mí.