Durante el fin de semana, Diego no da señales de vida. Ese silencio me incomoda. No entiendo qué puede haber pasado. Le escribo varios mensajes:
Judith: Hola, Diego.
Nada.
Se respira un ambiente inquietante y Sandra y sus súbditos nos evitan. Están nerviosos y no entendemos por qué. Diego no vuelve más. Decidimos preguntarle directamente a Sandra:
—Oye, el viernes Diego estuvo con vosotros haciendo un trabajo en grupo, ¿no? ¿Estaba bien?
—¿Y a ti que te importa? —me escupe.
—Me importa mucho.
—¿Acaso es tu novio?
—Somos amigos y todos estamos preocupados.
—Pues preguntarle a él si tan amigo es. A mí qué coño me importa.
—Es que él nos dijo que tenía una reunión con vosotros para el trabajo en grupo —aclara Fátima.
—¿Ah, sí? —pregunta Sandra, irónica.
—¿Por qué eres siempre así? —pregunta Fátima, tímida.
—¿Así cómo?
—Así de amargada —responde, para mi sorpresa, Fátima.
—¿Pero a ti qué te pasa, tía? ¿Me he metido yo contigo? ¿Por qué me llamas amargada? —chilla.
Y sigue chillando, se le amontonan los insultos y es imposible seguirle el hilo.
—Vaya mierda de tías. Desaparece su amiguito y voy a tener yo la culpa.
Esta es Sandra, así vive y así se amarga. Cuanto más amenazada se siente, más violenta se pone. Solo sabe atacar y atacar. Sé que siempre le ha incomodado mucho el buen rollo que hay entre Diego y yo. Me acuerdo de que una temporada le estuvo preguntando a Fátima si salíamos juntos. Está obsesionada por descubrir qué nos vincula, qué nos hace llevarnos bien, qué nos atrae de cada uno... Su cabeza no puede entender la amistad, no le cabe en el cerebro. Quizás lo tiene demasiado lleno de carmín, cannabis, folleteo y alcohol, y se le bloquean las conexiones neuronales para abrirse a otras realidades. Creo que no ha tenido un amigo en su vida. Solo consigue atraer sexualmente. Tiene un cuerpo explosivo que se sale de las costuras por todas partes y grita «miradme y admiradme».
No entiende por qué a Diego no le causa ningún interés y por qué prefiere estar conmigo. Yo no muestro mucho de mí, pero cuando nos juntamos Diego y yo, entramos en temas que nos atraen mucho y nos emocionamos. El instituto y la clase se nos quedan pequeños, nos puede la curiosidad por el mundo y por las cosas. La vida es, en general, tan apasionante que el Instagram de Sandra y sus lacayos nos aburre una barbaridad. Son una mota insignificante en un universo lleno de misterio. Esta es una conversación típica entre nosotros:
—¿Qué hubieras hecho tú si fueras Anselmo, de «El curioso impertinente»? —le pregunto.
—Nunca pondría a prueba a una persona a la que quiero. Me parece querer controlarla.
—¿Ni un poco? —le provoco.
—¿Hasta qué poco?
—Hasta comprobar si te quiere de verdad.
—Creo que hay que dejar que la vida ponga sus propias pruebas.
Así nos descubrimos y así disfrutamos.
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Impopulares - ¡A la venta en Amazon Kindle!
Short StoryEste libro va de los que nadie habla, de los que pasan desapercibidos en una clase, y por eso reciben caña, demasiada caña para ser callada. Somos los Impopulares, y compartimos nuestra historia, con sus luces y sombras, pero nuestra historia irrepe...