A la semana siguiente, el viernes, en la hora de tutoría, Sandra, Paula, Lucía y Natalia suben a la tarima. Lo suelen hacer para anunciar fiestas o eventos que ellos organizan. Las acompañan Gonzalo, Jaime y Mario. Están muy serios y nos lanzan a todos unas miradas desafiantes antes de empezar a hablar.
Natalia rompe el silencio:
—Nos hemos enterado de que nuestra compañera Fátima está en su país sin poder estudiar. ¿Y nosotros vamos a hacer algo?
Le sigue Lucía:
—Tenemos todas las herramientas y la fuerza para combatir estas desigualdades inaceptables en el mundo de hoy. El colonialismo, el machismo, el capitalismo y el patriarcado son la causa de estas desigualdades hacia las mujeres.
Cuanto más las escucho más alucino. ¿Igualdad para las mujeres y lleváis años jodiéndonos la vida a algunas? «No, no Judith», me digo, «no te sulfures, que está en juego nuestro plan y la cosa puede funcionar. Ahora no la puedes cagar, no digas nada».
Como si fueran los pasos de un baile ensayado, ahora entra Paula en escena:
—Se ha incendiado una chispa en este instituto, concretamente en esta clase, una chispa con una buena compañera, Fátima. Como habéis comprobado, desde principios de curso ya no viene.
Mi rabia aumenta por momentos, no puedo soportar lo que estoy escuchando. Decido empezar a grabarlo para enviárselo a Fátima y a Diego.
—Compañeros y compañeras, como sabéis todos, Fátima no viene porque está retenida en su país para ser casada contra su voluntad. Sí, la van a obligar a casarse con una persona que ella no quiere. Y es posible que mucho mayor que ella. Tenemos que criminalizar esta situación por el bien de nuestra compañera ante esta agresión machista. Tenemos que organizarnos como clase para visibilizar juntas y juntos la fuerza y diversidad del feminismo y nuestra potencia transformadora.
Los demás empiezan a hablar. El rumor aumenta por momentos y el ambiente se inquieta.
Entonces, Gonzalo, en un arrebato, toma la palabra:
—Nos vemos en la obligación de compartir la vulnerabilidad de los más débiles y os queremos contar una propuesta.
¡¡Que pedazo de cabrón!!! Sé el significado de las palabras hipocresía y cinismo y empiezo a comprender muchas cosas. ¿Cómo pueden ser tan capullos? Menos mal que hemos diseñado el plan Impopulares. Si no, de verdad que mi rabia sin canalizar podría destruirme en este momento.
En medio de un rumor que es cada vez mayor, Juan levanta la mano. Se hace un silencio muy incómodo. Desde hace un tiempo saben que tanto Juan como yo podemos ser muy impredecibles y salirnos del guion políticamente correcto. A pesar de querer y buscar la libertad de expresión y jalear la igualdad de derechos, les sigue fastidiando mucho que haya personas que piensen distinto o que discrepen en la propia clase. Yo, la verdad, no tengo ni idea de lo que va a decir Juan, así que mi expectación también es máxima:
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Impopulares - ¡A la venta en Amazon Kindle!
Короткий рассказEste libro va de los que nadie habla, de los que pasan desapercibidos en una clase, y por eso reciben caña, demasiada caña para ser callada. Somos los Impopulares, y compartimos nuestra historia, con sus luces y sombras, pero nuestra historia irrepe...