Mi Corazón Es Tuyo (#1. Bilogía Amor Eterno)

Indianápolis

Capítulo 20

Rebecca

Los tres días pasaron y ya era hora de viajar a Indianápolis, ayer fui a visitar a Keith junto con mi tía y le llevamos algunos regalos para el bebé, miré a la señora Edna y me dijo que el viaje de parte de nosotras se cancelaria porque quería estar con su hija pero Keith la convenció de que estaba bien.

Ahora estaba con mi maleta sobre la cama, empacando todo lo que necesitaría en los días que estaríamos ahí.

—Cuídate mucho— dice mi tía desde mi puerta.

—No te preocupes, tía— sonrío.—En unos días más me tendrás de vuelta.

—Se me harán eternos.

—Toma muchas fotos— dice Madison saliendo del baño con mis cosas de higiene personal.—Y trae recuerdos.

Guardo todo en mí maleta y la cierro cuando inspecciono que todo está en orden y que no me falta nada. Salgo de mi casa con mi tía y Madison, me llevarán al aeropuerto.

Cuando llego se bajan conmigo y me abrazan, mi tía no me quiere soltar y me río por eso, ella y yo somos muy apegadas, es como mi madre y yo soy como su hija.

—Cuídate— repite acariciando mi cabello.

—Video llamada en la noche— me señala Madison.—No lo olvides— niego y me despido para entrar.

Busco a los demás entre la gente y se me dificulta encontrarlos, debo ponerme de puntitas para verle la cara a las personas y desde mi lugar miro un rascacielos de cabello negro de espalda a mí, es imposible no reconocer el tamaño de Harper y me acerco a ellos saludando.

—Buenos días— hablo y todos me contestan menos Verónica que finje revisar algo en su teléfono.

—¿Y la señora Edna?— pregunto cuándo no la miro.

—Llegará en unos minutos— responde el rascacielos y lo observo; esta vez no lleva su traje, trae unos pantalones de mezclilla y una camisa gris.

La señora Edna llega y esperamos hasta que el avión va a salir, andamos por el pasillo que conecta con él y nos subimos. Nuestro vuelo es en primera clase, solo nuestro equipo está en esta área.

Mi lugar está junto a la ventanilla y me acomodo en el asiento, me pongo el cinturón cuando lo indican y observo por la ventanilla como las personas afuera se preparan para dejar solo el avión para que despegue.

—Parece que Rebecca está nerviosa— la voz de Verónica llama mi atención.

Los asientos son de cuatro, por lo tanto, La señora Edna está a mi lado, Verónica está con el rascacielos, el rascacielos está frente a mí y ella frente a mí jefa. Compartimos el mismo espacio.

—¿Qué te hace pensar eso?— pregunto.

—He visto que miras mucho por la ventanilla— se encoje de hombros.

—Que mire por ella no significa que esté nerviosa— le aclaro.—Pero no te preocupes, a mí también me pasa; miro cosas y pienso erróneamente.