Entre la espada y la pared

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Capítulo 34

Rebecca

Bajo las escaleras de mi casa con dirección a la cocina para tomar un vaso con jugo de naranja. Observo el reloj en la pared y bebo el líquido con paciencia mientras me recargo en la isla de la cocina.

Mi casa está sola porque mi tía debía ir a la cafetería muy temprano, dijo que tenía asuntos que resolver y mi tío se fue a la misma hora como siempre.

A Madison la miré anoche, fui a su casa a contarle todo lo que había pasado y me dijo que lo mejor era hablar con Enzzo lo más pronto posible y eso era lo que haría. No podía seguir ocultando algo importante que nos podía hacer daño, eso estaba más que claro después de lo que Nicolas había hecho.

La decisión estaba tomada, por esa razón me había levantado más temprano de lo normal para alcanzar a verlo en su penthouse y decirle toda la verdad.

Dejo el vaso en su lugar cuando lo dejo limpio y tomo mi bolso que estaba en uno de los sillones de la sala. Tomo las llaves para prepararme para salir y cuando abro la puerta me quedo congelada en mi lugar al ver los ojos que una vez "amé".

—¿Qué haces aquí?— pregunté, sintiendo como mi garganta se secaba poco a poco.

—¿No me invitarás a pasar?— sonrió de medio lado y mi estómago se contrajo. Detestaba que hiciera eso.

—No eres bienvenido en esta casa. Ni tan siquiera preguntaré como conseguiste mi dirección.

—Tenemos que hablar, Rebe...

—No hay nada de qué hablar, déjame en paz. ¿Cuándo vas a entender que te quiero lejos de mí y de mi familia?

—Hablas como si me tuvieras mucho odio— agregó con burla.

—Me caes muy mal, Nicolas. Pero no te odio, jamás tendría un sentimiento tan fuerte por una persona como tú.

—Irónico porque antes me amabas.

—Creía que te amaba— corrijo.—Pero nunca pude saber el significado de esa palabra contigo.

—No sabes lo que dices. Tú y yo nos amábamos.

—Claro que no— trato de cerrar la puerta pero coloca su mano sobre la madera para impedirlo.—Lárgate.

No me contesta, sólo noto como sus ojos se tornan fríos y llenos de ira mientras me miran con desprecio.

—¡Te arrepentirás de todo!— grita furioso y empuja la puerta para abrirla.

—¡Déjame en paz!— ejerzo fuerza en la puerta para cerrarla pero evidentemente él es más fuerte que yo.

Me separo de ella lo más rápido que puedo y corro a las escaleras para encerrarme en mi habitación, pero al llegar al quinto escalón sus brazos rodean mi cintura para que me detenga.

—¡Suéltame!

—¡No quieres aprender por las buenas!— me gira y golpeo su pecho.—¡Será por las malas!

Me arrastra escalones abajo pero me agarro del barandal para que no me lleve con él a no sé dónde.

—¡Déjame!— lloro, abrazándome a la madera.

Me jala con fuerza provocando que mis brazos duelan y mis manos suelten el barandal, quedo de frente con él y me atrevo a llevar mis uñas a sus ojos para que me deje.

—¡Maldita!— grita, dejándome libre.

Corro escaleras arriba y cuando llego al pasillo me toma del cabello llevándome al suelo.

Mi Corazón Es Tuyo (#1. Bilogía Amor Eterno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora