Mi Corazón Es Tuyo (#1. Bilogía Amor Eterno)

Mini Simón

Capítulo 19

Enzzo

Llego a mi oficina con Verónica detrás, cuando entro a ella le cierro la puerta al oírla hablar sobre Marcos Taylor. Coloco las manos en mi cintura y doy vueltas por el lugar, desesperado, siento que el saco y la corbata me asfixian y me los quito dejándolos en el perchero.

Rebecca volvió.

Una sonrisa estúpida se me dibuja en la cara al saber que trabajará de nuevo aquí, pero la borro al recordar que no estará conmigo, estará con Edna y me pone de malas hacerme la idea de que estará lejos y no la miraré tanto.

Rebecca volvió pero no conmigo.

Esa mujer de medio metro se atrevió a volver y no conmigo, no a su lugar de trabajo. Lo más probable es que Edna la haya contactado para darle trabajo. Por una parte le agradezco porque ella está aquí, pero por otra me frustra que no estará del otro lado del vidrio.

-Así que volvió- entra Aarón, sin avisar como siempre y se sienta frente a mi escritorio subiendo los pies.-Que bueno que se pensó lo que le dijiste, ¿Pero ahora que harás con Verónica?

Me acerco a él y le barro las piernas para que baje los pies ganándome un quejido de su parte.

-Rebecca no está aquí por mí- me siento en mi lugar.

-¿Cómo qué no vino a recuperar su lugar?

-La viste en la reunión, estaba junto a Edna. Ahora ella es su jefa.

-No sé quien es más terco; si tú, o ella- se ríe y saca el celular tecleando en él.

-¿Qué harás?

-Llamaré a Simón, debe saber las novedades con el amor de tu vida.

-Rebecca no es el amor de mi vida- hago una mueca. No quiero pensar en eso.

-Haré cómo que te creo.

Se pone el aparato en la oreja y lo saluda con una sonrisa que borra al oírlo. Frunzo el ceño y lo interrogo con la mirada.

-¡Se le adelantó el parto a Keith!- grita cuándo cuelga y de un salto nos ponemos de pie.

-¿Qué te dijo?- pregunto igual de histérico que él.

-Están en el hospital.

-Vamos.

Tomo mis cosas del perchero y me las coloco antes de salir ignorando el llamado de Verónica. Nos vamos en mi auto y salgo rápido del estacionamiento para tomar la carretera y dirigirme al hospital que Aarón me dice desde el asiento de copiloto.

-¿Edna sabe?- pregunto concentrado en el camino.

-Sí, dijo que le había avisado y que ya iba para allá.

Llegamos y lo encontramos en el pasillo del área de partos, se ve nervioso y preocupado, ¿y cómo no? Su primer hijo y su esposa están ahí adentro.

-¿Cómo estás?- pregunta Aarón dándole un abrazo.

-Muy preocupado.

-¿Pasó algo con Keith?-pregunto también dándole un abrazo.

-La están preparado para el parto- se pasa las manos por el cabello.-Tengo miedo de que les pase algo, todavía no era hora- se le empañan los ojos y le doy un apretón en el hombro para que sienta que nosotros estamos con él.

-Todo va salir bien- lo ánimo.-Tu hijo y Keith estarán bien.

-Además, entrarás con ella- dice Aarón.