Capítulo 32
Rebecca
Al llegar a mi casa la soledad me recibió envolviendo mi cuerpo en una tristeza abrumadora. Cerré la puerta a mis espaldas y subí las escaleras pesadamente con dirección a la habitación de mi tía.
El sol ya se había escondido, quería dormir para no pensar en nada y ya en la mañana pensaría como enfrentar mi realidad. Necesitaba un pequeño respiro y después volver a levantarme para seguir.
—¿Tía?— llamé a su puerta y la abrí cuando nadie me contestó. Al hacerlo no encontré a ninguno de los dos y me fui a mi habitación lanzando mi bolso hacia el sillón y dispuesta a tomar una ducha larga.
No sé por cuánto tiempo estuve ahí bajo la regadera, pero supongo que fue el suficiente como para que la piel de mis dedos se arrugara. Salí de ahí directo al clóset para colocarme ropa cómoda para después bajar a la cocina por un vaso con agua, pero al cruzar la sala me latió el corazón con fuerza al ver a mi tía sentada en el sillón individual.
—¿Esquivando a tu tía?— preguntó, con los brazos cruzados y volví a derramar lágrimas por segunda vez en el día.
—¿Qué pasa?— se levantó alarmada.—Regresó— lloré y me fui contra ella para abrazarla.—Nicolas está aquí.
Me abrazó con fuerza y me refugio en su pecho sintiendo la calidez de una madre. Mi tía Luisa fue la única persona que me dio la mano para salir de la mansión Villanueva cuando más mal la estaba pasando, me dio un hogar y me apoyó en todo dándome los estudios necesarios.
Yo la quería como una madre y ella me quería como una hija. Nunca pudo tener hijos y ella y mi tío Javier siempre me vieron como a una.
—Eso no es posible— murmuró y me alejé.
—Él regresó tía, ¿Sabes lo que eso significa? Estará fastidiando y yo no quiero que se meta en mi relación con Enzzo.
—¿Habló contigo?, ¿Te dijo algo?
—No, no hablamos porque no hubo oportunidad. Pero estoy segura que buscará el momento indicado para acercarse— me dejé caer de golpe en uno de los sillones y pasé mis manos por mi rostro.—Supongo que la empresa de mi abuelo estará trabajando con la de Enzzo.
—¿Tu abuelo?— los ojos se le iluminaron y sonreí con pesar.
—¿Miraste a mi padre?—Sí, y también a David.
—¿Cómo están?, ¿Qué te dijeron?— se sentó junto a mí y noté como se le inundaron los ojos de lágrimas.
Después de irme de mi casa con mi tía, ninguna de las dos volvió a tener comunicación con ninguno de nuestros familiares. Decidimos alejarnos en silencio y nadie supo en donde nos metimos por cinco años.
Ella no tenía la culpa de nadie y no debió tomar esa decisión, pero decidió también alejaste junto conmigo de los Villanueva para dejar todo lo malo atrás.
Lo peor del caso es que lo "malo" tenía pies y se cruzó en nuestros caminos de nuevo.
—Están bien— sonreí, recordando ese momento.—Los dos estaban felices y el abuelo preguntó por ti.
ESTÁS LEYENDO
Mi Corazón Es Tuyo (#1. Bilogía Amor Eterno)
RomanceTodos los días tenía la misma rutina. De mi casa a la empresa y de la empresa a mi casa. Era rara la vez cuando salía a divertirme con mi mejor amigo y me libraba un poco del trabajo. Me esforzaba en llevar a lo más alto a Art And Freedom sin pensar...