Epílogo
Enzzo
Cinco meses después...
Había perdido todo lo que había ganado a lado de Rebecca. Mi trabajo me consumía después del accidente y mi humor había empeorado considerablemente. Tenía a todos trabajando duramente día y noche sin descanso. Mi trabajo había sido mi refugio, me negaba a permanecer en un grupo dejando que mi mente me atacara por todo lo que había pasado hace meses. Mi familia había tratado de acercarse pero siempre que lo intentaban los alejaba. No quería a nadie a mi lado, sólo a una persona y esa persona estaba dormida.
Con el pasar del tiempo empecé a perder mis esperanzas, Rebecca no daba señal de tener una mejoría y yo estaba impaciente. Me dolía verla así y siempre se sentía como la primera vez.
Todos los días iba con ella, la miraba en las mañanas y pasaba toda la noche sin despegarme de ella. Muchas personas de la empresa y amigos cercanos mandaron condolencias y apoyo desde otros países. Mis ánimos caían al no ver ni un tipo de evolución de su parte y todo indicaba que esto no terminaría bien.
Todo eso fue confirmado cuando llegué al hospital por la noche.
—La señorita Villanueva ya lleva cinco meses, casi medio año y no ha despertado... lo mejor será desconectarla y dejarla descansar...
Mis oídos ardieron por las palabras de ese doctor mediocre. Mis ojos miraron rojo y me le fui encima apartando a mi padre y al señor Javier de mi camino para agarrarlo de su estúpida bata blanca y alzarlo hasta mi altura.
—¡Ni siquiera piense en la posibilidad!— le ladré en la cara y este se puso pálido.—¡Juro que haré que pierda su trabajo si vuelve a insunuar algo así!
—¡Enzzo, suéltalo!— mi padre me tomó de los brazos y dejé caer al hombre.
—¡Hagan algo para que mejore!— le exigí, perdiendo la cabeza.—¡Traigan al mejor equipo de doctores, el dinero no importa!
Se fue casi corriendo asintiendo ante todas mis peticiones.
—Hijo cálmate— se acercó mi madre.
—¿Cómo puede considerar eso?— expresé con amargura.—En pocas palabras quiere matar a Rebecca, mamá.
Me miró con pena y bajó la mirada con lágrimas en los ojos. No dejé que me tocara cuando retrocedí sopesando lo que pensaba.
—¿Tú también...?
—¡No!— negó de inmediato.—No pienses cosas que no son...
—¡Escuchen todos muy bien!— alcé la voz llamando la atención de todos, incluyendo la de otras personas ajenas a la situación.—¡Ni se les ocurra que esto termina aquí y así! ¡Rebecca va a despertar y yo estaré ahí junto a ella!
Luisa lloraba en los brazos de su esposo, Madison estaba con la vista perdida con lágrimas en las mejillas y mi madre tomaba con fuerza la mano de mi padre.
—Ustedes saben si me siguen o se rinden.
Me di la vuelta y poco después estaba con ella, me senté a su lado y tomé su mano fría. Mi pecho se hundió al pensar todo lo que dijeron. No puedo permitir que la desconecten, no me voy a rendir con ella... eso jamás.
—Despierta Reby...— susurré, dejando que las lágrimas salieran sin poder contenerlas.
—Ya llevas cinco meses. Debes despertar.Besé su mano, en la cuál todavía llevaba el anillo que le había puesto el primer día que estuvo aquí.
¿Por qué las cosas pasaron así? Rebecca es buena, es una linda persona que sería incapaz de hacerle daño a otro ser humano y aún así estaba en este estado. ¿Por qué las personas que habían sido malas con ella no pagaban? ¿Por qué todo caía en ella como si fuera la culpable? No entiendo, no entiendo porque las personas buenas terminan pagando lo que las personas malas hacen.
Estaba el caso de Nicolas, estuvo en el hospital por un mes entero de recuperación con la vigilancia de los policías. Después de su recuperación provoqué que le aumentaran a su sentencia, semanas después le dieron una paliza en la cárcel y terminó muerto por recibir a puñaladas en todo el cuerpo.
En cuánto David y Robert cuando se enteraron no dudaron en venir, los dos la miraron por ser su familia. Robert terminó en urgencias cuando le quiso dar un infarto y David tuvo una crisis por ver a su hermana menor en esa situación. Los entendía, yo también sentía como perdía la cabeza. Por otro lado el padre, la madre y la hermana no aparecieron y lo agradecí porque nada bueno podían traer esas personas.
Mis padres me habían pedido que regresara a su casa para no estar solo pero me negué, podía estar rodeado de cientas de personas y aún así me sentiría totalmente solo y perdido. Hasley también se había ido de la casa al mudarse a un departamento cerca de la universidad a la que entró para estudiar fotografía.
Mis amigos estuvieron conmigo en todo este tiempo, me visitaban todos los fines de semana para distraerme. Algunas veces Simón llevaba a su hijo y Aarón nos dio la noticia de que ya tenía novia y que la relación era seria.
Luisa había entrado en depresión y Javier no se despegaba de ella. Cerró la cafetería desde que Rebecca entró en coma y varias personas quedaron sin trabajo. La pobre no quería salir mucho de su casa, sólo venía al hospital y de regreso. Madison también pasaba tiempo aquí y era la compañera de Luisa cuando Javier no podía estar aquí por su trabajo.
Rebecca no despertaba, seguía en la misma situación y aunque los médicos la cuidaban y atendían, jamás se movió o dio alguna señal de que despertaría. No hubo nada, todo estaba igual que antes y eso me preocupaba.
En cuánto a mí... como ya lo dije, me hundí en mi trabajo, tenía muchos proyectos y mi equipo y yo estábamos ocupados, algunos no eran aquí en Chicago y cuándo teníamos que viajar mandaba a Aarón cómo mi representante, él me tenía al tanto de todo.
Hubo un tiempo en el que enfermé gracias a que no comía bien, no dormía mis horas y estaba totalmente cansado. Cuidé de mí todo ese tiempo hasta que mi madre se enteró gracias a mis amigos, así que la tenía todos los días en mi casa.
¿Qué más puedo decir?
El tiempo siguió pasando sin importarle atropellar a todos aquellos que nos encontrábamos mal. No había nada que hacer, solo esperar, esperar a ver que pasaba más adelante.
Rebecca no despertó.
Y yo regresé a ser el mismo de antes.
Fin
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Mi Corazón Es Tuyo (#1. Bilogía Amor Eterno)
Любовные романыTodos los días tenía la misma rutina. De mi casa a la empresa y de la empresa a mi casa. Era rara la vez cuando salía a divertirme con mi mejor amigo y me libraba un poco del trabajo. Me esforzaba en llevar a lo más alto a Art And Freedom sin pensar...