Mi Corazón Es Tuyo (#1. Bilogía Amor Eterno)

Señora Torres

Capítulo 10

Rebecca

Entro a la oficina de mi jefe, con la taza de su café me acerco a su escritorio para colocarlo en su lugar, observo la silla giratoria un poco fuera de su sitio y la regreso a donde debería de estar.

Después de mi enfermedad había regresado a mi trabajo de nuevo, después de cuatro días (contando el fin de semana) había vuelto. Me siento tan bien, mi garganta está mucho mejor y ya no tengo ni un rastro de gripe, los medicamentos me los sigo tomando por instrucciones del doctor, pero ya que se cumpla el plazo las dejare de lado.

Esta mañana me levanté muy animada, la verdad soy de las personas que no pueden estar sin hacer nada, necesito tener algo que hacer, que a pesar de que hacía todo desde mi casa, claramente no era lo mismo. No había el mismo ambiente y los pies me hormigueaban por caminar hasta aquí.

Me alejo del escritorio y me voy a las cortinas metálicas que cuando las abro me dejan ver mi escritorio a través del vidrio.

Observo cómo mi jefe sale del pasillo y voltea a ver mi lugar vacío, después lleva su mirada al vidrio y me mira dentro de su oficina. Hoy trae su distinguido y pulcro traje, lo que me hace pensar que cada vez más el apodo que le puse le hace justicia por su vestimenta y su altura.

Camina a la puerta y lo recibo con un buenos días, que, milagrosamente corresponde.

—Trae mi café— ordena, tomando asiento.

—Está frente a usted, señor— señalo con la barbilla la taza que no miró.

Pone su atención al lugar señalado, la toma y bebe el líquido como si de agua se tratara. Ignora que lo que está tomado está hirviendo, parece que no le quema la lengua ni la garganta.

—Quiero en diez minutos el contrato del señor Taylor.

—Lo tiene frente a usted, señor— repito y junto mis manos en mi regazo con una sonrisa interna al ver el intento de mueca que quiso surcar su rostro, pero que al final "escondió" para que yo no notara su molestia.

Baja la mirada a su escritorio y toma entre sus manos la carpeta azul que contiene el contrato del señor Marcos Taylor; un hombre que está interesado en construir un hotel y que recurrió a Art And Freedom.

—El abogado vendrá en...— llevo mi mirada a mi reloj.—En cuarenta minutos— informo.

El abogado de la empresa vendrá y junto con el rascacielos revisarán detalladame el contrato para verificar que todo esté en orden y que no haga falta nada. Esta empresa tendrá un trato con un empresario exitoso de Estados Unidos.

—¿Qué más tenemos?— pregunta, aún con la atención en las hojas.

—Después de la reunión con el abogado, tiene otra con los encargados de la obra del centro comercial en Indianápolis, virtual, claro— incio.—A las diez en punto debe ir al hogar del señor Alex Torres. Y...el resto del día debe revisar planos y hacer el inicio de la presentación con su equipo de trabajo sobre el hotel, claro, después de tener la junta con el señor Taylor a las cuatro de la tarde para sellar el trato.

—Veo que estas aplicada en tu trabajo— comenta, recargando su espalda en la silla.

—Señor Harper, le dije que entraría con toda la actitud y ánimos del mundo— sonrío.