5. Nuevo trabajo.

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5. Nuevo trabajo. 

Chay miró el horizonte, en la terraza privada del edificio, el sol se ponía con tortuosa lentitud y la imagen era lo bastante bonita como para no sonreír, pero ahora, Porchay no tenía ánimos de hacerlo, porqué su vida se estaba yendo rapidito por el inodoro, parecía un ave presa o un pececito encarcelado en la más lujosa pecera, porqué había que admitirlo, la vida de Kim era llena de lujos, y él no parecía ser egoísta al respecto, ayer le ordenó a Big traerle ropa cómoda, aunque Porchay quería negarse por qué no estaba seguro de querer recibir atenciones vacías por parte de Kim, todo era parte de su chantaje y amenazas, pero luego pensaba en su hermano y no era muy inteligente de su parte decirle "no" a Kim, así que solamente recibía las cosas con una sonrisa fingida y las utilizaba cuando debía utilizarlas.

Kim también lo invitaba a cenar, bueno... no era una invitación, de hecho, ellos no comían juntos porqué Kim usualmente no mantenía en casa, ya habían pasado dos días, estaban a domingo y mañana tenía que volver a la universidad, pero no comprendía como lo haría si Kim no le había dicho nada al respecto... pronto Malee comenzará a llamar y a hacer preguntas, ¿y si él no aparecía? ¿Qué pasaría con su relación? ¡Oh, Dios! Maldita sea la hora que se cruzó con ese maldito imbécil.

Y la terraza se había vuelto su lugar seguro en esa dichosa jaula, no podía negar que el primer día que subió ya que Big se lo comentó <Hay una terraza, subes por las escaleras del otro lado, es privada > Chay trató de encontrar una salida por donde escapar pero él no era tan ingenuo y estúpido, se dedicó a buscar cámaras y en efecto encontró dos cámaras de seguridad, una en la puerta y otra en la esquina del enorme balcón con vista periférica, era imposible escapar, a menos que te aventaras de un décimo piso...

No había más esperanzas... Chay tenía que cumplir con su parte del trabajo y quizá con suerte, Kim le devolvería su vida y podía dejar esto atrás como un mal recuerdo, algo que borrar, algo que eliminar. Siempre había sido una persona positiva a pesar de pensar que era un ser sin suerte, le habían pasado algunas cosas muy malas en su vida y ahora estaban siendo remediadas con el amor de Porsche y con lo bueno que era Malee con él, pero nuevamente, su mala suerte estaba opacando eso que con cimientos no muy fuertes estaba creando.

Miró el agua quieta de la piscina y posteriormente del jacuzzi apagado, suspiró enteramente, indiscutiblemente pensó en Porsche y en la última conversación que tuvieron. Se habian enojado porqué Porsche quería rechazar su beca de estudios en Paris, quería quedarse con Porchay porqué lo consideraba todavía un niño, pero Chay discrepó totalmente con él y en una noche, le dijo < No te quiero mientras no seas verdaderamente feliz, has trabajado muy duro y mereces hacer lo que te gusta, quiero que te vayas y vuelvas cuando seas todo un profesional, ya me las arreglaré e iré a visitarte > Recordó a Porsche llorar, y decirle que había crecido mucho y que se sentía orgulloso de él, pero Chay solo estaba siendo valiente y un buen hermano, pero en el fondo le había dolido demasiado, Porsche era su única familia y lo echaba muchísimo de menos.

Cuando el sol se puso del todo y Bangkok encendió sus luces, Chay consideró que era momento de bajar al apartamento. Abrió la puerta corrediza que daba al pasillo privado y entró, el aire acondicionado del apartamento lo golpeó e hizo que se abrazara.

– Porchay – llamó Big – Ya iba por ti.

Chay asintió, acercándose al guardaespaldas alto y fuerte. Una vez se unieron con Ken y otro dos que chay desconocía, pero sabía que uno se llamaba Anong y el otro Perth, ellos supuestamente cuidaban a Kinn el hermano de en medio, o algo así había entendido Porchay cuando Big le explicó brevemente la jerarquía familiar. Estaban en un salón arriba, no en la oficina de Kim, parecía un pequeño salón de reuniones, habían fotografías, mapas, las ventanas estaban cerradas, la luz era blanca y en medio había una enorme mesa de madera tallada con grabados diferentes y curiosos, encima habían cantidad de papeles, nombres escritos con diferentes colores de tinta, parecía una película. Porchay estaba en una esquina, con los brazos cruzados y mirando a nada en específico.

Bambi - KIMCHAYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora