22. Inexperto.

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22. Inexperto. 

El doctor le dio ordenes pertinentes a Porchay para que guardara reposo durante la próxima semana, no había contusiones peligrosas, quizá el hematoma en las costillas desapareciera en cuestión de días, con los analgésicos y desinflamantes sería solo un mal recuerdo. Aun así, en la sala privada de espera, estaba Porsche, tenía los brazos cruzados, el ceño fruncido, los músculos de los brazos firmes, tensos. Chay lo conocía bien, su hermano estaba histérico.

– Dime por favor que no sigues molesto conmigo, hia – suplicó Chay

Al verlo, las facciones de Porsche se relajaron un poco, había bajado la guardia.

– No contigo – pronunció poniéndose de pie – ¿Como estás?

Chay alzo la bolsa con medicamentos – Creo que ha sido más de lo que he tomado en toda mi vida, es un médico algo exagerado.

Porsche movió la cabeza – Mira esto – rodó los ojos por la habitación – Tienen todo un puto hospital para ellos, y nosotros pagando seguridad social toda la vida porqué escatimamos en gastos de salud, increíble.

– Lo sé, es ridículamente costoso – Chay se rascó el codo – Hia...

– No, no quieres tener esta conversación estando herido – Porsche se acercó – Planeo terminar con Kinn, y honestamente, lo tuyo con ese chico, Kim, no está en mis planes de consentimiento, Porchay.

Los hombros de Chay cayeron – Pensé que ya habíamos hablado de esto en la camioneta.

– Lo pensé.

– Pues no lo hagas más, soy bastante grande para tomar mis propias decisiones – replicó Chay

Ambos se miraron en silencio, Porsche se pasó la mano por el cabello, lucía estresado y Chay se odió por hacerlo preocupar más.

– Hia, lo siento...

El mayor exhaló – Nada es tu culpa, Kinn y su familia son los responsables, te hicieron cosas espantosas y luego, él me buscó, fingiendo ser... alguien más, cuando me contó de su familia, pensé: okey, puedo con esto... pero mira, saliste herido por su culpa, y con eso no puedo estar bien, no puedo solo... olvidar que mantuvieron secuestrado a mi hermanito bajo amenazas, es... enfermizo.

– Lo sé, todo suena del asco – aceptó Chay – Yo tampoco estoy seguro con Kim...

Porsche bufó – Dios, Chay... – las manos de Porsche viajaron a los hombros del jóven – Entiendo como te sientes. Kim te deslumbró ¿verdad? Es guapo, jóven, carismático e incluso, puede que... te haya hecho sentir bien, lo comprendo porqué Kinn es igual, pero no son buenas personas, creo que nos hemos equivocado.

– Porsche, siento que si me quedo con Malee...estaré equivocado – admitió – Porqué realmente, creo que estoy enamorado de Kim y no quiero pasarme la vida pensando: ¿y si tan solo lo hubiese hecho? O ¿y si tan solo.... Ya sabes, le hubiese dado una oportunidad? Porsche, entiende...

El mayor lo miraba con insistencia – No quiero verte herido, no de nuevo...

– Tómate un tiempo con Kinn, entiendo que para ti es difícil, creo que yo lo he superado, odio lo que Kim y su familia me hizo, entiendo que tu igual, de verdad, pero eso para mi fue hace mucho tiempo, Kim y yo lo hemos hablado un poco, y él estará lejos de hacerme daño así de nuevo, si la relación no funciona, supongo que lo entenderé y me alejaré. Tu y Kinn deberían hablarlo, al menos –

Porsche acarició la mejilla de su hermano – ¿Cuando te volviste tan sabio?

– No lo soy –

Ambos se abrazaron y caminaron por el complejo... era hora de ir a casa, Big ya los esperaba, y él fue quien los llevó. En la casa estaba Malee, con una cara de preocupación más grande que él, y las manos apretadas, Porsche palmeó suavemente la rodilla de Chay.

Bambi - KIMCHAYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora