21. Lo sé todo.

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21. Lo sé todo. 

Para Porchay había resultado una completa tortura física y mental poder dormir después de haber "hablado" con Kim, estaba consiente que después de su altercado en el mirador, él había quedado con una sensación agria en el estómago, había llegado a casa después de que el mismo Kim hubiese llamado a los guardaespaldas de Porchay, literalmente Arm estuvo en frente de él a los diez minutos, Chay ni siquiera logró entrar en el taxi. Y bueno, después de entrar a su casa, lloró como una magdalena, como si el mundo se fuera acabar en dos segundos y él no tuviera tiempo de nada más, lloró y lloró, y no entendía porqué le dolía tanto despedirse de alguien que a la final, había conocido hace pocos meses y de muy, muy mala manera, no comprendía como Kim había escarbado tanto en su vida como para llorarlo de esa forma. Y pensó, todo mejorará, de seguro mañana estaré bien, pero no fue así... y todo empeoró de ahí para allá.

El viaje se aproximaba, faltaba una semana exactas y Malee estaba emocionado, no dejaba de parlotear sobre las búsquedas que hacia en internet, incluso Porsche estaba algo cansado y miraba con cierta compasión a Chay que solo se encogía de hombros a la hora de la cena. Kinn llegó el otro día con un postre para merendar y celebrar el casi cumpleaños de Porsche, aunque todavía faltaba un mes, definitivamente: Kinn estaba muy enamorado de su hermano.

– ¿Estás contento por tu viaje? Porsche me comentó que es la primera vez que viajas solo, bueno, en pareja, me refiero – dice Kinn

Chay forzó una sonrisa – Si, muy emocionado – mintió olímpicamente con Malee a un lado. Odiaba ver a Kinn cenando en su casa y sonriendo, porqué... mierda porqué le recordaba a Kinn, tenían cierto parecido aunque no tanto, quizá en el cabello y en la forma en que sonreían de lado, de cualquier manera, cualquier cosa que estuviera relacionada con los Theerapanyakul, le recordaba a él y era una miserable tortura.

Después de la aburrida cena, Malee y él subieron al cuarto, el menor se tumbó en la cama y exhaló, Dios... se sentía enfermo, Malee miró la maleta de viaje de Porchay totalmente vacía.

– Pensé que la organizarías esta mañana, bebé – dijo sentándose a su lado

Chay se encogió de hombros – Lo haré cuando se acerque el día, Malee.

– Hummm... – Malee se estiró para plantar un beso en el muslo de Chay. El joven encogió la pierna como acto reflejo, una de las cosas que más le fastidiaban era cuando Malee se ponía meloso y buscándole el lado para llevarlo a la cama, Chay estaba convencido de que... esa parte de su vida necesitaba solucionarla a como diera lugar, pero no sabía como. – ¿Pasa algo?

Chay negó – Estoy algo agotado, amor – susurró – ¿Podemos hablar mañana? En realidad, quiero dormir un poco.

– Oww, claro – Malee se puso de pie, inocente – Te veré mañana.

Se acercó a Chay y le besó la mejilla, a Chay le ardió y molesto, se encogió de nuevo y metió sus manos heladas debajo de la almohada, una lágrima solitaria rodó y luego, otras más... oh Dios... ¿por qué lloraba ahora? Miró su celular, no había mensajes de nadie importante, entró al chat de Kim... no habían hablado desde hace días, y releyó los antiguos mensajes, sonrió pausadamente, recordó cuando los recibía, una maraña de emociones se refugiaban en su interior... y luego subían por su pecho acuñándose en su corazón, se preguntó si... en algún momento Kim se sintió así con sus mensajes.

Dios... ¿Realmente está actuando de forma correcta? ¿Realmente hizo bien en alejar a Kim de su vida? Incluso cuando en el fondo no lo deseaba así. Chay cerró los ojos y le pidió a los cielos para que el dolor se marchara y pudiera... seguir con su vida como si nunca hubiese sucedido nada, pero cuando despertó al día siguiente encontró algo más doloroso... Malee le había dejado un ramo de rosas blancas encima de la cama, ¿la parte dolorosa? Que Chay hubiese deseado que fueran de parte de otra persona...

Bambi - KIMCHAYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora