8. Tentación +18

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8. Tentación +18

Chay despertó con dolor de cabeza y pesadez en los ojos, no había podido dormir mucho a pesar de la grandiosa calma que le brindó ese orgasmo que Kim le había... bueno, después de lo que pasó en la cocina con ese loco de mierda. Chay todavía no podía creerlo, de hecho pasó la mitad de la noche pensando que había sido una alucinación pero después de convencía que Kim realmente había estado allí con él en situaciones realmente comprometedoras, y luego estaba todo lo que le dijo, Chay no se acordaba bien, Kim le había dicho varias cosas que le asustaban. ¿Y si Kim era un loco obsesivo? Okey, eso era exagerado, de hecho, Chay no podía decir... que fue obligado, realmente, él se dejo tocar de Kim, él dejó que Kim lo hiciera correrse, así que él también era culpable.

Se tomó un medicamento para el dolor de la cabeza antes de bajar a desayunar, pudo ver a Lin sentada en la barra de la cocina con sus piernitas cortas colgando del taburete y las manitos acunando su barbilla, los codos sobre la barra, parecía tararear una canción que Chay no conocía.

– ¡Preeda! – gritó Lin, sonriente – ¡Casi que no despiertas!

Chay miró el reloj de la cocina – ¿Son las once ya? ¡Oh Dios!

La chica soltó una risita – ¿Que te desveló, eh?

– Nada – Chay bajó los hombros – ¿Qué tal dormiste?

– Bastante bien – admitió la pequeña – Aunque extraño a papá... un poco.

Chay se apoyó en la barra, evitando mirar el lugar donde él y Kim habían ocupado anoche.

– No te preocupes, hoy haremos algo divertido – dijo Chay con una sonrisa.

Ella sonrió – Oh, por cierto, el desayuno está allá... yo ya comí porqué tenía mucha hambre, pero la señora Sylvi dejó el tuyo en el horno.

Chay se acercó y en efecto allí estaba – ¿La señora Sylvi?

– Si, la cocinera – contestó – Es linda, vendrá más tarde para el almuerzo.

Chay supuso que estaba en la nómina de los Theerapanyakul. Así que en compañía de Lin y su extensa charla sobre... todo básicamente, comió su desayuno, obligando a su mente enterrar en algún lado de su cerebro lo que había vivido con Kim la noche anterior, eso era algo que no planeaba repetir, él tenía pareja que amaba, no podía solo dejarse llevar por las estúpidas hormonas y el ridículo deseo que sentía por Kim.

Si, el tipo era... hermoso, era guapo y él lo sabía bien, el muy hijo de puta estaba consiente de que lo era, y lo usaba para joder la cabeza de Porchay, pero no más, solo era eso... un bonito cuerpo con una cara atractiva, nada más y Chay cayó en su trampa, pero se acabó, si Kimhan quería jugar con él al gato y ratón, estaba muy equivocado.

Chay no era la puta de nadie.

– Iré a ducharme y luego, bajaré – anunció Chay a Lin – Puedes ver algo de Netflix mientras regreso.

Lin bailó hasta la enorme sala pero Chay se detuvo.

– ¡Debes ver algo de tu edad! – le dijo cuando la vió buscando en el menú de series para adulto.

La chiquilla hizo un puchero – ¡Ooooh, vamos... Dark es demasiado buena!

Chay entornó la mirada acercándose a ella y quitándole el control remoto con cuidado.

– ¿Cómo es que una chiquilla de seis años sabe de esas cosas? – preguntó buscando en el menú infantil.

Ella hizo un puchero que a Chay le pareció adorable.

Bambi - KIMCHAYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora