18. Todavía no sabes mi nombre.

2.7K 213 74
                                    


18. Todavía no sabes mi nombre.

– ¿A dónde me llevas? – preguntó Chay

Kim lo mira por encima de las gafas de sol – ¿Siempre eres tan impaciente, Bambi?

Chay hace un puchero adorable, según él.

– ¿Y qué tal que me quieras secuestrar de nuevo? No puedo fiarme de ti, gran alteza – dice el más joven ocultando una sonrisa.

Kim sonríe minúsculamente – Quizá si quiero hacerlo y alejarte de todos.

– Macabro

– ¿Verdad que sí?

Kim movió ligeramente las cejas. Aunque, la idea no sonaba descabellada tratándoselos del menor de los Theerapanyakul ¿verdad? Chay sabía que Kim al parecer, no tenía límites y si lo que quería era secuestrar a alguien, lo haría. El deportivo de Kim se estacionó en frente de una bonita casa colores pastel con grandes jardines principales, Chay leyó la inscripción: casa hogar.

– ¿Qué hacemos aquí? – preguntó, bajándose

La camioneta con los escoltas de Kim se estacionó justo detrás, Kim se hizo a su lado.

– Quiero que veas a alguien –

¿A quién podría ver en una casa hogar...?

– Por cierto, ¿este auto es nuevo? – señaló Chay pasando la calle

– No, lo compré hace un año –

– Te he visto en tres carros diferentes en lo que te conozco – replicó el más joven.

Kim asiente – Eso es porqué amo los autos, tengo una colección de deportivos.

Claro, ¿por qué a Chay no le extraña? Kim era millonario y las excentricidades en la familia Theerapanyakul eran normales. Una de las mujeres que atendían los dejó pasar.

– Señor Kimhan – saludó la mujer haciendo una reverencia –

– Hola, ¿puedes llamarla, por favor? – preguntó Kim

La mujer asintió y se marchó después de saludar a Porchay.

– Ven, esperemos por aquí – dijo Kim poniendo una mano en la espalda baja de Chay y dandole un empujoncito para que lo siguiera.

Caminaron hasta una fuente en medio del jardín, Chay pudo ver varios niños corriendo por allí y arrugó las cejas, la única razón para que Kim lo trajera a ese lugar era...

– ¡Kim! – escuchó una vocecita familiar.

Chay desvió la mirada hacia la niña de trenzas que corría hacia ellos y cuando vió a Chay su mirada se iluminó.

– ¡Oh, Dios! ¡Lin! – exclamó Chay alzándola en brazos – ¡Dios, te eché de menos!

Lin lo abrazó fuertemente dandole un beso sonoro en la mejilla.

– ¡¿Dónde estabas?! – preguntó

Chay miró a Kim que sonreía – Un poco ocupado, ¿cómo estás?

– Muy bien, Kim me trajo a este lugar después de que te marcharas, me dijo que vendrías a visitarme de vez en cuando, aunque él viene mucho a verme – le sonríe a Kim – A demás, me dijo que tu verdadero nombre era Porchay y el de él, Kim. Me gustan más.

Kim se encogió de hombros – Ya no es peligroso –

– ¿Y tienes amigos aquí, hermosa? – preguntó Chay, bajándola

Bambi - KIMCHAYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora