28| Toda Tuya.

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Siguiendo un camino de besos de la boca hacia el cuello de Nazneen, Ferman comienza a descender aún más provocando que los suspiros aumenten; es inminente lo que va a pasar, o al menos eso piensan los dos, pues pareciera que todo a su alrededor desparece y ambos se encuentran flotando sobre una nube. Sin embargo, el cirujano se detiene abruptamente y se aleja rápidamente de ella, Nazneen cae estrepitosamente de su ensoñación y antes de poder decir algo Ferman comienza a toser sin parar. Rápidamente la preocupación reemplaza a las sensaciones placenteras de antes y ella se levanta para ir en su auxilio; al ver que el ojiazul no puede hablar, va rápidamente en busca de un vaso con agua.

La tos no cesa en los pocos minutos que Nazneen se demora y eso se vuelve aún más preocupante. Ferman no tenía idea de lo que estaba sucediéndole y mucho menos ella, pero ese ataque de tos no era para nada bueno y tal como él la obligaba a revisarse y hacerse estudios, ella lo obligaría a hacer lo mismo, mínimo a revisarse.

- ¿Ahora tú eres la doctora y yo el paciente? -la burla en su tono enfada aún más a la joven que lo observa con los brazos cruzados frente a él -ya me tomé un jarabe -la jala de un brazo y la coloca entre sus piernas; sentado sobre la cama y ella parada hace que sus alturas sean casi iguales -ya todo está bien, solo fue un ataque tos sin importancia -coloca sus manos sobre la pequeña cintura.

- Sin importancia -bufa - ¿ya te había dado uno antes? ¿Así de feo?

- Bueno, no así, pero ya estoy bien, Pulga. Mejor vamos a dormir -se levanta -ven, ya es tarde -la guía hasta uno de los laterales y comienza a remover las sabanas.

Una vez acomodados, ella envuelta en los fuertes brazos del cirujano se disponen a dormir, pero una risa brota del pecho en el que está su cabeza y rápidamente dirige su mirada curiosa. Él mira el techo con una enorme sonrisa, pero más que de felicidad, es una sonrisa burlona.

- Vaya forma de echar a perder una noche prometedora -aclara ante la mirada inquisitiva de la joven y deposita un beso en su frente -te prometo que la próxima vez la tos no nos detendrá.

- Tal vez sea una señal -se gana su atención -quizá debo estar con alguien más primero y luego contigo -bromea y logra su cometido de molestarlo, pues él la quiere matar con la mirada.

- No lo digas ni en broma -la apretuja contra él -yo seré el único, el primero y el último.

- ¿Cómo sabes que eres el primero? -estaba consciente de que él estaba en lo correcto, para ella él sería el primero y esperaba que también el único.

- Porque has estado enamorada de mí desde siempre.

- Alguien tráigale un poquito de humildad al doctor Ferman -se burla.

- ¿A poco crees que no me daba cuenta de cómo me acosabas con la mirada? -la joven se paraliza por un segundo, pero rápidamente cambia su mueca y comienza a exagerar en sus gestos mientras habla...

- Es que no podía creer que existiera alguien tan arrogante, tan gestudo, tan mal humorado como un og... -un beso repentino la calla.

Nazneen sabía que él estaba en lo correcto, pero no estaba dispuesta a ceder y más si él la iba a contradecir de esa forma; es que el hecho de estar entre sus brazos y unir sus labios la hacía sentir en el paraíso. No hacía falta ir más allá, ambos se sentían en la gloria tal cual como se encontraban ahora, y eso hicieron, pasaron la noche juntos de la forma más casta que pudiese haber.


...


- Claro que no, ya casi termino aquí y entonces podré ir a verte, por fin... ya sé, también te extraño de demasiado.

Dr. FermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora