4| Dulce Discordia.

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- El hijo de la señora Tekin acaba de graduarse como abogado -comienza a decir la señora Dyncer por el teléfono -y está soltero, ¿qué te parece si...?

- Mamá deja de buscarme pareja, no me interesa tenerla y menos ahora que estoy dando mí servicio -estaba cansada de que su madre hiciera de casamentera y si bien la persona que le interesaba no estaba disponible, tampoco había alguien que le llamara la atención como él.

- Pero necesita salir, Nazneen, casi no tienes amigos y te la pasas encerrada tus días libres.

- El fin de semana iré con Alí al Gran Bazar, por lo pronto tengo que colgar el doctor Adil no tarda en llegar.

- Aliméntate bien, los abuelos te mandan saludos.

- Dales un abrazo de mi parte.

- Claro, te quiero y Nazneen, por favor descansa.

- Claro, solo espero al doctor y voy a casa, cuídense.

En cuanto colgó la puerta de la oficina del jefe de doctores se abrió dejando ver su figura y su paternal sonrisa, desde que lo conocieron, el doctor se había ganado un lugar en el corazón de la familia Dyncer y Nazneen más que alguien que la curaba, lo veía como un abuelo al que apreciaba demasiado.

- Ahí estas, pequeña. Me dijeron que no te has querido ir a casa desde lo que pasó anoche -después de abrazarla se acomoda en su asiento poniendo a los clásicos de la música en inglés.

- Solo quería esperar a que se calmara todo, pero ya voy para allá.

- Eso espero, el descanso es muy importante. ¿Cómo están tus abuelos?

- Mejor, papá dijo que lo más probable era que en una semana ya estuvieran de regreso.

- Me alegra escucharlo -la vista de la joven rápidamente se dirige al reproductor cuando sale una de sus canciones favoritas "(Just like) Starring over" de John Lennon - ¿Me permites esta pieza? -habla el hombre.

- Con gusto -sonríe de vuelta y se levantan.

Como es costumbre en ellos y a pesar de bailar muy bien, comienzan a hacer pasos exagerados con los primeros acordes de la canción y cuando aumenta el ritmo comienzan a bailar correctamente aunque en ciertas partes volvían a jugar con sus movimientos sin saber que eran observados desde la mistad de la canción con la puerta entre abierta. Casi al terminar la canción cayeron en cuenta de la tercera persona y se detuvieron de golpe.

- Disculpa, muchacho. No nos dimos cuenta de tu presencia -el hombre seguía observando a la pareja, especialmente a ella con algo de sorpresa en su rostro.

- Lamento irrumpir así, toqué pero nadie respondía y necesitaba dejarle estos documentos.

- Claro -se acercó a tomarlos y ponerlos en su escritorio mientras se reproduce "Put your head on my shoulder" de Paul Anka y automáticamente el doctor Adil vuelve su vista a los jóvenes -deberían bailar, esta canción es hermosa.

- Yo no bailo -se adelanta a decir el ojiazul.

- Tonterías - se acerca para empujarlo hacia la castaña -es muy sencillo, coloca tu mano aquí en su cintura y comienza mecerte -a regañadientes Ferman obedece la sindicaciones de su maestro mientras que Nazneen trata de controlar la tensión y los nervios que siente al estar tan cerca de él -es una canción muy fácil y...

De pronto ambos jóvenes dejaron de escuchar la voz del mayor pero no prestaron atención a eso, supusieron que no tenía nada más que decir. Aunque Ferman lo ocultara, también estaba nervioso por la cercanía con la joven y en su interior luchaba contra lo que sentía al estar con ella, era hermosa, no lo iba a negar, sus largas pestañas hacían resaltar esos hermosos ojos color marrón. Sin embargo, nunca la había visto de otra forma que no fuera como la paciente más querida por su maestro. Así tenía que ser.

Dr. FermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora