44 | Yesterday And Today.

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N A Z N E E N.

"Ayer, todos mis problemas se veían tan lejanos, ahora parece que están aquí para quedarse... Oh, I believe in Yesteday..." el sol se asoma por la ventana, pero no tengo la más mínima intención de abrir los ojos y, mucho menos, de levantarme. Quiero aferrarme a lo que viví las semanas anteriores a la terrible noche de ayer.

Doce días, doce malditos días y mis padres me condenarán a un hombre que ni siquiera llama mi atención, doce días para renunciar al amor de mi vida. De hecho, debo renunciar ya, pero aún no sé cómo decirle a Ferman que me casaré con otro. Me va a odiar. Yo no puedo vivir sabiendo que lo hace.

No he querido salir de mi habitación, no he podido dormir desde anoche y en mi mente solo hay dos pensamientos: las preciosas vacaciones que pasé junto a él y el terrible destino qué me aguarda, porque si Cemil y sus padres fueron capaces de convencer a los míos para obligarme a hacer algo que no quiero, no puedo imaginar cómo será cuando un juez nos case.

— Nazneen, sal ya, tenemos que ir a comprar el vestido - grita mi madre desde el otro lado de la puerta, no me cabe en la cabeza que ella y mi padre se hayan prestado para eso.

Pero justo mi padre, ese que tanto me cuidó y me sacó muchas sonrisas, ayer me mostró otra faceta en él que no conocía: "no me importa que patalees, un trato es un trato y ya no hay vuelta atrás, te casaras en dos semanas y es mi última palabra, porque en esta familia mando yo".

Nuevamente el llanto me invade, es tanta mi decepción, mi propio padre me ha traicionado. Ni siquiera cuando Adalet llegó con su novio extranjero puso tantos peros.

El sonido de la puerta me obliga a voltear y mi madre se adentra en la habitación.

— Pero mira tus ojos, están hinchados, Nazneen. Iré a traer hielo - sale nuevamente y regresa pocos minutos después.

Con ayuda de un paño y hielo intenta mejorar el aspecto de mis ojos, intenta borrar el daño que ellos mismos han causado. Por el espejo veo nuestro reflejo cuando ella comienza a alisar mi cabello, todo su ser esta cargado de preocupación, pero ella no es capaz de contradecir a mi padre. ¿Qué pasó cuando me dijo que si le presentaba un novio a mi padre él desistiría de emparejarme con el hijo de los Tekin? Le presenté a Ferman y, aún así, se aprovechó de mi ausencia para planear una boda en la que yo nunca tuve opinión y con la que, obviamente, no estoy de acuerdo.

El sonido del timbre sobresalta a mi madre y corre a mi armario para buscarme algo que poner, sale segundos después con una prenda que ni siquiera detallo. Parece que el enojo y la decepción me han llevado un estado de vacío en el que solo actúo por inercia.

— Debe ser Eima, cámbiate y te espero abajo - se encamina a la puerta, pero se detiene —sé cómo te sientes, pero tu padre es capaz de venir y sacarte a rastras si no bajas en cinco minutos.

— Sí, claro, me entiendes a la perfección - hablo por primera vez en el día.

— Créeme, lo entiendo mejor que nadie -su mirada profunda se clava en la mía dejándome una sensación extraña en el cuerpo.

Sale dejándome con el ceño fruncido, qué va a saber ella de matrimonios forzados. Ella ama a papá y siempre los vi muy tranquilos en su vida de casados. De hecho, creí que tenía a los mejores papás del mundo, ayer descubrí que no.




Vestidos y más vestidos, amplios, ceñidos, lisos y con bordados. Todos hermosos, ninguno que me emocione. Ni siquiera el mensaje de mi hermoso ojiazul logra sacarme de esta pesadilla de color blanco, al contrario, solo quiero que la tierra me trague, incluso que me secuestre un extraterrestre.

Dr. FermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora