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— ¡Pa! — alzó la voz — Aio — dijo mientras con su manita se despedía

— Adiós, mi amor. Te portas bien — habló con una sonrisa el rizado

— Mor, aio, bae — se dirigió a su padre

— Mi amor, ¿Te quieres ir? — preguntó con voz entrecortada — ¿No te quieres quedar conmigo?

— ¡O! —nego con su cabecita —  Aita i mi ela y otti

— ¿La ranita se quiere ir con su abuela y Lottie? — preguntó

— ¡Ti! — sonrió

— Él se quiere ir, hijo. — intervino la castaña mayor — Déjalo, estate tranquilo, está en buenas manos

— Lo sé mamá — sollozó — solo que nunca he estado separado tanto tiempo de él — una pequeña lágrima rodó por su mejilla y su novio lo abrazo

— Mor, i o llola — señalo con su dedito en forma de regaño

— ¿No debo llorar?

— ¡O! — señaló

— Pero no quiero que te vayas hijo — sollozó

— Mor, aita il o be-bé — trató de hablar a su perfección

— ¿La ranita tiene que ir por el bebé? — preguntó desconcertado y con una sonrisa en forma burlona

— Ti — sonrió

— ¿Cuál bebé? Tu estás loquito, hijo — sonrió burlón

— ¡O! — frunció sus cejitas

— Bueno no — sonrió — ven, dame un abrazo y un beso para no extrañarte tanto




El pequeño castañito obediente bajo de los brazos de su abuela para con pasitos cortos dirigirse a su padre y abrazarlo, enseguida lo tomó en brazos y lo lleno de besos, se les unió el rizado. Estuvieron abrazados por unos minutos hasta que tuvieron que dejarlo ir porque sino se les haría de noche en el camino. Por primera vez el pequeño está separandose de sus papis para viajar a otra ciudad por algunos días, dejándolos nostálgicos, pero más al ojiazul, es su niño, su bebé, deben entenderlo.

ᴘᴀ' |•| ʟꜱ ᴍᴘʀᴇɢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora