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Estaban en el patio de la casa del castaño, festejaban el primer añito de Hassan. Habían contratado un animador, un payaso para ser exactos. Todo marchaba bien, hasta que Louis paso al frente con Hassa en brazos para darle la bienvenida a sus invitados. En ese momento un golpe y sacudida para ambos mayores, llegó. El pequeño castañito tuvo miedo del payaso y comenzó a llorar alzando sus bracitos en dirección del rizado
— Pa'pa ¡Pa! — gritó desesperado intentando llamar la atención del rizado
— Okey, okey. Hassan me tiene miedo — habló el payaso — ¿Puede venir, papá? — Le pidió al rizado y al ver que no obtuvo respuesta, ánimo al publico — Vamos. Aplaudanle al papá de Hassan. Por favor, háganos el honor de acompañarnos usted también acá enfrente — habló de nuevo en dirección al rizado
Harry mentiría si dijera que no sé sintió bien al oír al animador hablar de esa manera. Estaba feliz pero no lo quería demostrar ya que la cara de Louis lo decía todo. Intento caminar pero sus piernas no le respondían, negaba con la cabeza y su cara tenía una sonrisa nerviosa
— Ándele, pásele acá, su hijo lo está llamando ¿Porque nadamás mando a su esposo? — al terminar la frase, el público estaba muriendo de risa y unos pequeños sonidos burlescos por la situación, salieron de la boca de algunos invitados. Ellos sabían la verdad. Bueno, la mayoría lo sabía
— ¡No! — habló el castaño fuerte — él no es mi esposo — susurro casi audible. Al payaso no le fue posible escuchar lo que había dicho
— ¿Perdón?
— Hay una confusión, él no es el papá de Hassan — dijo serio — Es un amigo de la familia — intento sonreír para que los invitados no notarán su nerviosismo y molestia
— ¡Ay Dios! Hassan, ¿Porque me confundes? — pregunto nervioso en dirección al niño que al ver al payaso más cerca y no obtener ayuda del rizado, se escondió en el cuello de su padre — En que me metí — susurro al micrófono tratando de hacer un chiste y amenizar la tensión que se estaba creando
El momento se torno un poco serio. El rizado no hallaba dónde esconderse, sentía que había quedado en ridículo frente a toda esa gente, a pesar de que muchos sabían la verdad. Creyó que al pagar esa fiesta, tendría un poco más de atención y el castaño lo iba a voltear a ver cómo más que un amigo. Había pagado esa fiesta con mucha ilusión, él siente ese niño como suyo. Él lo siente, pero no lo es y el castaño no quiere que lo sea