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— Pa'
— Shh ranita — silenció con su dedo al menor — Mor duerme — explicó —
— Mor i omi
— Si, hijo — besó la cabecita del niño — Mor está dormido
— Aita i omi, mi mor afavo pa — pidió amablemente
— ¿Te llevo a dormir con tu Mor?
— Iii — dio pequeños sentones en señal de felicidad
— Bueno, vamos. Te dejo con Mor, porque me tengo que ir a trabajar
— O pa' — hizo su carita de cachorrito. No quería que su pa' se fuera — i omi Mor y mi ¿Ii?
— Tengo que ir a trabajar. Hay que comprar tu mam mam, hijo — explicó al menor —
— ¿A mi guesa?
— Si para comprar tu hamburguesa — besó la mejilla del pequeño — Vamos con Mor y te duermes ¿Si? — dijo tomándolo entre sus brazos
— Ii — habló colgándose del cuello de su pa'
Llegaron a la recámara del castaño. Ambos hablaban casi en silencio. No sabían que su Mor ya estaba despierto
— ¿Que tanto se secretean?
— ¡Mor! I u uta mi! — regaño a su padre por haberlo asustado
— Lo asustas, amor — sonrió
— Estaban hablando de mi ¿Verdad? Por eso estaban secreteandose
— Nada que ver precioso — se acercó a dar un beso en los labios a su novio. Pero él corrió su cara, así que el beso quedó en la mejilla. Le dolió al rizado — Ya me voy a trabajar
— Que te vaya bien — habló mientras tomaba a su hijo en brazos
— Gracias. Lou, hoy cobro. Estén listos para cuando llegue, iremos hacer el súper y comprar los pañales y la leche de Hassa
— No hace falta. Iré con mi mamá en cuanto salga de la universidad
— Ya hablé con ella, compraré la despensa. Vivo aquí, así que aportaré. Por favor, estén listos. En la noche hablaremos — dijo viendo fijo a su novio
— Mjm — contesto simple el castaño
— aio pa
— Adiós mi vida, te portas bien. Cuidas a Mor ¿Si?
— Iii — dijo dando un pequeño beso a la mejilla de su castaño padre
— Me voy. Los amo
El día para Louis se había pasado volando. Ni cuenta se había dado de la hora que era, en media hora llegaría Harry. No se había bañado aún y todavía no arreglaba a Hassan. Cómo pudo dejo al niño en el piso entre Juguetes. Estaba solo, su madre no estaba y su hermana estaba trabajando. Se baño con la puerta abierta para estar atento de su hijo, un baño demasiado rápido. Se cambió y al par cambiaba a su hijo, Harry llegaría en menos de diez minutos, peino la cabecita de su bebé e hizo lo mismo. Arreglo la maleta de Hassa y justo cuando iba bajando las escaleras, la puerta principal se abrió. Harry había llegado
— Hola mis amores. Que guapos — halagó con una sonrisa — ¿Están listos?
— Si — susurro el castaño
— ¡Pa'! I a mi
— Ven ranita. Quieres que te cargue — habló tomándolo entre sus brazos
— Pa — dejo un tierno beso en la mejilla del rizado
— Mi niño hermoso. Los extrañe mucho
El castaño no decía nada. Solo se limitaba a escuchar la plática que tenía su hijo con el rizado
— ¿Sigues enojado? — habló mientras bajaba al niño de sus brazos para sentarlo en el pequeño mueble — Anoche que salí de bañarme quería que habláramos y ya estabas dormido
— Si, tenía sueño — contestó simple
— No me gusta que estés así conmigo — habló silencioso
— ¿Vamos a salir o no?
— Si, pero quiero que hablemos primero. No vamos a irnos molestos
— No pasa nada, Harry. No sé de qué quieres hablar
— Perdón. Se que es mi culpa que estés molesto. No voy a darle más vueltas. Quien me ha estado llamando es Elio
— Ya sabía, no te sale fingir. No sé porque lo ocultaste — habló tranquilo
— Porque no quiero pelear. No me gusta estar mal contigo, amor
— ¿Y piensas que ocultándome las cosas estaremos bien? — arqueo su ceja
—No amor — habló cabizbajo — pero se que Elio no es de tu agrado
— Pero del tuyo si ¿No?
— Bebé, sabes que no es así. Te quiero solo a ti, no hay más. No le he contestado ningún mensaje ni llamada. Ya no quiero saber de él, solo me importas tú y Hassa — habló jalando al castaño hacia él — Me encantas, te quiero muchísimo ¿Entiendes? Sólo me importas tú, sólo te quiero a ti, sólo veo mi vida a tu lado, sólo me veo contigo. Mi familia eres tu y Hassa, ustedes son mi hogar, mis amores hermosos — dió un pequeño beso en los labios de su novio y él castaño sonrió en medio del beso — ¿Estamos bien?
Louis simplemente asintió con una sonrisa. Volvieron a besarse, ahora un beso más duradero. Al separarse el rizado tomó al niño en brazos y a su novio de la cintura para dirigirse al carro y poder salir rumbo al supermercado. Nunca se había sentido tan bien. Eran una familia, un noviazgo que parecía matrimonio y como tal tenían que saber enfrentar y solucionar cada uno de los problemas que se les presentarán. No iban a dejar que terminara eso tan bonito que tenían
