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— Pa' — balbuceo el pequeño mientras ponía sus manitas en las mejillas del rizado
— ¿Que? ¿Que dijiste? — dijo con su voz entre cortada y sus ojos cristalizados
— Pa' — volvio a decir y dejo un beso lleno de saliba en la barbilla del mayor
— No lo puedo creer — habló entre risas el rizado — me haces tan feliz. ¡Lou! — Habló fuerte para que el castaño los escuchará — Lou, corre. La ranita habló — gritó entusiasmado
— ¿Que? ¿Que pasa Harry? — contestó desde la planta alta
El rizado corrió escaleras arriba con el pequeño entre sus brazos. Estaba demasiado feliz, ¡su bebé había hablado! Había escuchado por primera vez la vosecita de Hassa. No podía esconder su felicidad. Sus ojos cristalinos y sus mejillas levemente mojadas, lo delataban. Llegó hasta donde estaba el castaño y le compartió su felicidad
— Lou, Hassa habló, ¡mi ranita habló! — dijo con felicidad resplandeciente
— Bien Harry — dijo como si nada — déjame adivinar, te dijo Pa' — habló con un pequeño gesto de fastidio
El rizado se quedó serio, analizando al castaño, no entendía porque no estaba feliz ¿A caso, él ya sabía que su niño hablaba?
— Mm, si, ¿Cómo sabes? ¿Hassa ya había hablado?
— Si Harry, lo hizo el día que regresamos de su cita con el pediatra, te estabas yendo y él te habló
— ¿Cómo que me habló? ¿Porque no me dijiste? ¿Porque lo guardaste para ti?
— Pues discúlpame, se me pasó, lo olvide. No lo había vuelto a decir, tal parece que esa palabra es tuya, su primer palabra fue tuya — comento fastidiado
— ¿Fue mía? ¡Me la quitaste! Ni siquiera me dejaste disfrutarla — sus cejas ya estaban fruncidas, estaba molesto
— Pues entonces, perdóname. Perdón por no decirte que MI hijo había hablado. Me sentí tan feliz de que su primera palabra haya sido dirigida a un amigo y no a mi que soy quien lo cargo en su vientre
— Ya, entiendo — dijo acercándose a la cuna para dejar al niño ahí — fue un problema para ti
— Claro que lo fue, me dolió. Me dolió como no tienes idea, es MI hijo. Mío, solamente mío
El rizado mentiría si dijera que no le dolió escuchar a Louis decir eso, él sabe que Hassan no es su hijo, pero pensaba que su amigo tenía claro que lo quería como si lo fuera, que el niño lo hacía muy feliz. Nunca imagino que para Louis fuera una competencia el amor de su ranita
— No te puedo decir que te entiendo, porque claramente no lo hago, no tengo hijos. Pero vale, entiendo la situación. Me voy — dijo dirigiéndose a la puerta de la recámara del niño — Llámame si necesitan algo — Finalizo y salió
— Pa' — balbuceo el pequeño castañito
— Él no es tú papá, hijo
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— ¡Llegué!
— Bienvenido, mi amor ¿Cómo te fue?
— Bien ma'. Estoy demasiado feliz — dijo sonriente
— ¿Y eso? ¿A qué se debe?
— Hassa habló — Sus ojos y su gran sonrisa hablaban por si solos
— ¡Ay mi amor! ¡Que emoción! ¿Que dijo?
— Me dijo Pa — dijo dando un salto de felicidad para después correr hacia los brazos de su madre — Me dijo papá, mamá, no sabes lo feliz que siento
— Que bueno mi amor, felicidades. No te imaginas lo feliz que me siento por ti, mi vida ¿Cuando vas a tomar esa familia como si fuera tuya?
— No mamá — dijo desvaneciendo su sonrisa — creo que eso nunca va a pasar
— ¿Por?
— Louis me acaba de dejar claro que solo son él y Hassan, yo no figuro en la vida de Louis, mucho menos en la de mi ranita. Siempre seré el tío Hazz — finalizó con una mueca en sus labios
