☾•✸
— Pa' — habló feliz
— Hola ranita ¿Cómo está el bebé más hermoso?
— ¡Mor! — gritó en llamado a su padre
— Está ocupado Hassa — contestó la castaña
— ¿Irá a tardar mucho? — preguntó el rizado
— No sé. Está arreglando las cosas de Hassan — habló sería
— Mm. Okey, voy a subir — dijo tomando al niño en brazos
Harry se sintió intimidado por la castaña. Su tono había sido muy serio. Ni siquiera lo había saludado como siempre lo hacía. Subió a la recámara del castaño con Hassan en brazos. Lo encontró preparando una maleta para el menor. Eso lo dejo desconcertado
— ¿Que haces? — habló, haciendo sobresaltar al castaño
— ¡Me asustaste! — reclamó
— Perdón — sonrió — Hola — se acerco a besar al castaño en los labios, cómo ya se le había hecho costumbre, pero esté giro la cabeza haciendo que el beso quedará en su mejilla
— Hola — dijo sin voltear a ver al ojiverde
— ¿Que haces? — preguntó curioso
— La maleta de Hassan
— ¿Por? ¿Van a salir? — preguntó curioso
— Si, se va con Lottie
— ¿De viaje?
— Si — mintió
— No me habías dicho nada — trato de que no sonará a reclamo — ¿Porque se lo va a llevar? — pregunto con un toque de molestia en su voz
— Porque ella quiere. Me lo pidió y acepté — contestó simple
— ¿Y porque a mí nunca me lo has querido prestar? — preguntó un tanto dolido
— Porque no — respondió cortante
— ¿Porque no?
El castaño no respondió. No quería discutir con su hijo de por medio
— Louis, últimamente te siento distante. — por fin habló de su sentimiento — Haz cambiado mucho conmigo. Al igual tu madre, no sé que les pase pero me siento fuera de lugar con ustedes. Ya no es lo mismo, Jay se portó más sería que nunca. No sé que está pasando — susurró dolido
— Ya tendremos tiempo de hablar. Me voy a quedar sólo. Quiero que te quedes aquí. Voy a llevar a Hassan abajo
— Está bien. Pero, mejor vamos, lo entregamos y subimos
Ambos salieron. Louis con Hassan en los brazos y Harry con la maleta del pequeño en sus manos. Se dirigieron a la sala, Lottie ya estaba ahí junto a Jay. Le entregaron al niño, se despidieron de él y los vieron marcharse. La casa quedó en silencio
— Vamos a mi casa — pidió
— ¿Porque aquí no?
— No sé, de pronto siento que ya no encajo aquí — dijo levantando los hombros. Intentaba sonar tranquilo
— No sé porque dices eso. ¿Ya te preguntaste que es lo que está mal? — cuestionó
— Eso es lo que quiero saber — contestó serio y con un toque de nerviosismo que no fue notable por el castaño — ¿Que está mal? ¿Hay algo mal entre nosotros? ¿Algo está mal? Tu me dijiste que estábamos bien. No había ningún problema entre nosotros
— Vamos a tu casa. Tenemos muchas cosas de que hablar — finalizó
