³⁰

2K 234 73
                                    

☾•✸


— Pa'paaaa — gritó emocionado el pequeño castañito. En cuanto vio entrar al ojiverde. Intento pararse y dió dos pasitos y cayó al suelo

El castaño quedó sorprendido, Hassan no había dado ni un solo paso. Por más que él lo intentaba, su hijo no quería y ahora estaba ahí, dando dos pequeños pasos en dirección al rizado. Su corazón se apachurro y dolió mucho. Más por la situación que estaba viviendo. El doctor tenía razón, esa es la medicina de Hassan, él necesita a Harry. Era navidad, noche buena la había pasado bien, su cumpleaños no tanto. No había recibido felicitaciones de quienes consideraba sus amigos y del rizado ya no recibió la publicación con el gran texto como cada año lo hacía. Simplemente obtuvo un "Feliz cumple Louis" y no fue a las doce como siempre lo hacía, lo recibió a las nueve de la noche. Eso lo hizo sentir tan pequeño. No tenía a nadie que realmente lo apreciará, fuera de su familia. Estaba dolido y ahora con esto que había pasado sentía sus ojos picar, tenía demasiado sentimiento guardado. Él estaba disfrutando el día con su bebé, jugando con el pequeño carro que le había alcanzó a comprar. No tenía el dinero suficiente como para darle un regalo como el de la navidad pasada. Y bueno, no sé lo podía dar porque él no se lo había comprado, era Harry quién la había hecho de Santa Claus. Ahora él solo tuvo para comprar un carro de palanca, dónde él era quien tenía que dirigirlo y su hijo lo había dejado de lado en cuanto vio al rizado

— Oh. ¡Dios mío! ¡Te paraste! Al fin te levantaste tu solito, ranita floja — dijo corriendo hacia el pequeño para tomarlo en brazos — mi niño hermoso — beso su mejilla — Te quiero tanto. Feliz navidad ranita — dijo mientras caminaba de nuevo en dirección a la entrada de la casa

Louis vio a Harry alejarse con su hijo en brazos, no lo siguió, simplemente se quedó ahí, intentando guardar sus lágrimas y sacar fuerza para no derrumbarse frente al rizado. Escuchaba voces en la entrada de la casa y luego las sintió más cerca, vio a Harry con una caja de regalo algo grande entre sus brazos. Sus ojos se llenaron de ilusión. Él sabia que Harry no iba a dejar pasar su cumpleaños y aunque no haya ido a verlo el mero día, ahora está ahí para felicitarlo y darle su regalo, se sentía más tranquilo

— Mira ranita, Santa paso por mi casa y te dejó un regaló — dijo poniendo al niño en el suelo junto a la caja

El corazón de Louis se partió en mil pedazos. Se sentía pequeño, excluido y dolido. No entendía que estaba pasando, parecía que él no estaba ahí. Harry no lo había ni saludado

— ¿Que es, ranita? — habló entusiasmado ¿Lo abrimos?

Hassan veía atento a Harry. Tenía una sonrisa enorme en su carita. Había extrañado tanto a su pa y ahora lo tenia ahí

— Okey. Vamos abrirlo a la una, a las dos y a las tres — hizo un rápido conteo y abrió la caja

El castañito se asomó hacia el interior de la caja para ver qué había y fue recibido por una lengüita chiquita que lamió su nariz, provocándole una risa contagiosa

— ¿Te gustó? ¿Si? ¿Te gusta tu nuevo hermanito?

El pequeño ojiazul estaba con su mirada dedicada al cachorrito que seguía dentro de la caja. Un silencio invadió la sala, Harry estaba con el niño y Louis aislado en una esquina

— Hola, hola — saludo una voz que Louis y Hassan conocían a la perfección

—  ¡Itaaaa! — gritó feliz

—  Ay mi vida — habló con voz entre cortada la mujer

— Disfruta esa palabra Anne. Yo se la enseñe — habló orgullosa Jay

— Ay Jay, Dios. Que feliz soy

— ¿Pa? — habló buscando con la mirada a su padre ojiazul — ¿Pa? — volvio hablar

— Te habla el niño — habló el rizado en busca de la mirada de Louis

— Creí que te hablaba a ti. A mi nunca me dice así — dijo con una media sonrisa. Se sentía ajeno a la situación —  ¿Que pasa amor?

— Api, a — dijo señalando al pequeño cachorro que seguía dentro de la caja

— Oh, es un bebé como tú, amor

— Iiii — gritó con fuerza

— Me alegra verte tan feliz, mi vida — habló dándole un besito en la cabecita al niño — Te amo, Hassa

— Espero no sea una molestia el cachorro

— Pues lo será porque me tengo que dividir para atender todo. Estudio, trabajo, atiendo a mi hijo y ahora cuidar otro bebé. No me queda de otra, si eso le hace bien a mi Hassa, lo acepto

— Es bueno saber eso — sonrió y tomo el niño en brazos

La sala quedó en silencio, Louis no sé sentía seguro ahí, sentía su corazón latir con tanta fuerza, ver a su hijo tan feliz en los brazos del rizado le hacía sentir cosas en el estómago. Cosas que no quería volver a sentir. Tiene claro que Harry sería la solucion a todos los problemas, principalmente en la vida de su bebé. Pero no quería compartirlo, su bebé era suyo, Hassan solo le pertenecía a él. Sabe que Harry nunca le haría daño, pero con lo que pasó y con lo fácil que fue para el rizado dejar de lado al niño, tenía miedo de entregarle todo, de darle a Harry la confianza de entrar más a la vida de ambos y que pueda hacer y deshacer. Conocía al rizado desde hace casi tres años, lo conoció cuando acababa de terminar su relación estando embarazado. Harry siempre se comportó como un caballero con él. Desde el principio quiso estar en la vida de su pequeño. Él le dió la confianza, siempre trato de estar bien, el ojiverde le gustó desde un principio pero se sentía lastimado. No sé sentía capaz de entrar a una relación. Ver qué Harry seguía ahí con él en todo el proceso del embarazo, en el baby shower, en la decoración de la recámara para Hassan, estuvo en el parto, si el niño se enfermaba, él estaba ahí. Todo se volvió rutinario, como si fueran una familia. Harry tenía la confianza completa de Louis, hasta el día en él que el rizado le pidió que checara su celular porque él no podía al estar bañando a Hassan. Todo cambio desde ahí. Harry cayó del pedestal donde Louis lo tenía. Todo había sido una farsa, el rizado había fingido muy bien, se pregunto tantas veces ¿Cómo había podido fingir de esa manera? ¿Porque le salía tan bien su papel de bueno? ¿Porque tuvo que leer esa conversación? ¿Porque se quedó callado en lugar de hablarlo con Harry? Ahora estaba ahí, martirizandose todos los días. Debatiéndose en si debía creerle a lo que había visto o a lo que el rizado le demostraba

— Louis, ¿será posible que podamos hablar? — pidió nervioso

— Si, Harry. Dime

— A solas. Vamos al patio ¿Si?

— Bueno — dijo parándose de dónde estaba sentado

- Ranita te voy a dejar un momento aquí ¿Si? — habló Harry en dirección al pequeño castañito — ¿Te puedes quedar aquí?

El castañito hizo un puchero indicando un pronto llanto

— No bebé, no llores. Ahorita regreso. Te prometo que regreso ¿Está bien?

— Ven amor — llamo su abuelita para tomarlo en brazos — Quédate aquí porque tus papis tienen que hablar

— Mamá, no — pidió el castaño

— ¿Te recuerdo porque Hassan está así?

— Se porque está así, pero no quiero que le digas esas cosas

— Ve afuera Louis, Harry te está esperando

ᴘᴀ' |•| ʟꜱ ᴍᴘʀᴇɢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora