𝐏𝐫𝐢́𝐧𝐜𝐢𝐩𝐞 𝐝𝐞 𝐃𝐚𝐞𝐠𝐮. [𝐁𝐞𝐨𝐦𝐇𝐲𝐮𝐧]

Nighteen.

—Hijo, ¿es verdad lo qué están diciendo? —Su padre entro al cuarto de su hijo, viendo como este tenía una mochila sobre su cama mientras metía cosas—. ¿Y esa mochila?

BeomGyu miró a su padre para seguir empacando mientras comenzaba a hablar:—¿Qué es verdad de qué?

—Que irás junto con la comisaría a buscar a TaeHyun... —Le dijo—. Dime que es mentira.

BeomGyu dejó de meter sus cosas para levantar la vista y voltear a ver a su padre:—No es una mentira, padre. Iré con ellos.

—Hijo, es peligroso. —Dijo—. No sabes lo que te puedas encontrar ahí fuera. Déjale el trabajo a los oficiales.

—Padre, no puedo quedarme de brazos cruzados sin hacer nada. —Lo miró—. TaeHyun no aparece desde hace días y eso ya es preocuparse. Su familia está preocupada, yo estoy preocupado. No me perdonaría que algo le pase ahí afuera.

—¿Y si te pasa algo a ti? —Dijo—.

—Estoy dispuesto a correr el riesgo.

—No es fácil, hijo.

—Tengo que aprender. —Dijo—. TaeHyun creció en el exterior, y yo lo traje aquí, fue un cambio duro para él. Es lo menos que podría hacer por él.

Su padre se acercó y abrazo a su hijo, sorprendiendo a BeomGyu. Nunca había recibido un abrazo tan sincero de su padre como este.

—Sólo cuídate mucho. —Dijo cerca de su oído—. Encuentra a TaeHyun.

BeomGyu correspondió al abrazo y sonrió:—Lo haré, padre. Lo prometo.

TaeHyun se encontraba en un estado terminal. Hacía días que estaba encerrado en un lugar sin ninguna luz del exterior, sin ningún ruido, sin nada con que distraerse del infierno en el que estaba.

La sangre que tenía se había secado y le dolía. Dolía como el infierno.

No comía bien. Ni siquiera comía comida que era de su agrado, ni tampoco saludable.

Y todo porque hacer las cosas correctamente.

Y también por su asombrosa idea de escapar del castillo y adentrarse a un lugar prohibido.